vitoria - José Alvarez no fue un jugador de gran éxito, en parte por una lesión en la espalda que le obligó a retirarse prematuramente. Sin embargo, como entrenador ha firmado un recorrido notable al frente de un puñado de equipos alaveses.
¿Cuál es la salud del fútbol femenino alavés?
-Ahora mismo está en constante evolución. Han surgido equipos nuevos y diría claramente que está resurgiendo. Hay jugadoras que compiten en torneos importantes, pero el problema es la falta de equipos. Apenas hay quince. Hablamos de que en Gipuzkoa y Bizkaia hay cuatro veces más. Están saliendo jugadoras muy buenas. Por ejemplo, en la selección sub’18 siempre llevo a un buen número de aquí. Eso habla de la buena salud.
Viendo que el masculino mueve masas e ingentes cantidades de dinero, ¿considera que en Vitoria hay cultura de fútbol femenino?
-Sí, por supuesto. Hace poco hicimos una convocatoria sub’15 y sub’16 con la selección alavesa para hacer un partido. Fue mucha gente y eso quiere decir que cada vez hay más chicas dispuestas a tirar por el fútbol. La primera presencia de España en un Mundial va a darle mucho auge a esto. Los partidos de la selección de Euskadi absoluta también van a crear afición entre las niñas. La pena es que aquí en Vitoria hay pocos pero muy buenos equipos.
¿Se hace un buen trabajo de concienciación para captar cada vez a más niñas a una edad temprana?
-Siempre digo que el fútbol es universal y tienen el mismo derecho a jugar los chicos y las chicas. Yo creo que la gente se va concienciando poco a poco de que ellas pueden jugar perfectamente. De hecho, en la Federación alavesa se está haciendo una gran labor de tecnificación. Quedamos con niñas entre los 14 y 16 años para hacer entrenamientos. Vienen con mucha ilusión tanto ellas como sus padres. Y en los campos hay mucho ambiente. Insisto en que el gran problema es que hay pocos equipos.
Yulema Corres es el gran nombre propio del fútbol alavés. ¿A quién más destaca y vaticina un gran porvenir?
-Julema es una jugadora muy potente y rápida. Luego, están emergiendo Itsaso Uriarte (centrocampista de la Real Sociedad) y Ane Ochoa (portera del Athletic). Son las únicas que disputan la Superliga femenina. Hay una buena cantera y están surgiendo otras jugadoras interesantes.
Usted también es el seleccionador de Euskadi. ¿Es motivo de orgullo que tantas jugadoras vascas hayan disputado el reciente Mundial femenino con España?
-Claro que sí. Se lo han ganado a pulso porque son impresionantes. Posiblemente, la central Irene Paredes sea la mejor de su puesto en toda Europa. Ainhoa Tirapu es una portera con una experiencia tremenda, Leire Landa, la lateral izquierda, tiene una historia muy bonita porque superó un cáncer y se ha sobrepuesto a dos graves lesiones de ligamentos cruzados. Por último, Erika Vázquez es otra con un buen futuro.
Usted ha entrenado a hombres y mujeres. ¿Qué diferencias hay? ¿Es el mismo a la hora de tratar con ellos y ellas?
-Las chicas son más exigentes, quieren saberlo todo y aprenderlo todo. Incluso me han hecho mejor entrenador todavía. Tras estar toda mi vida con chicos como Muniain, Aurtenetxe, Ramalho, Zaldua, Rubén Pardo, solo llevo cinco años con chicas. La diferencia que veo es que las jugadoras son mucho más disciplinadas, además de más alegres. No son tan simples como los chicos, pero sobre todo son muy exigentes. Quieren saberlo todo y necesitan salir al campo con la lección muy bien aprendida. Debe ser todo ordenado y matemático.
A un técnico como usted, ¿ le cuesta sacar la mala leche en el vestuario femenino?
-Hay que tener una sensibilidad especial. Las jugadoras tienen tanta o más afición que los chicos. Saben perfectamente que no van a vivir del fútbol, pero siguen con esa pasión e ilusión desbordantes. Poseen algo especial para la práctica de este deporte. Además de las ganas, destaco el compañerismo. ¿Cuál es mi labor? Les gusta que sea una persona motivadora y un líder que les inculce cosas. Luego, los conocimientos son básicos. Como vean que no entiendes, me crucifican.
Hoy en día, se dice que más vale un entrenador con vocación de psicólogo que un sargento de hierro para que el vestuario no se rebele. ¿Es eso verdad?
-Yo para nada me encuentro entre los que tienen mano dura. Lo que no consiga con la palabra, con el látigo desde luego que no. Tengo que convencer con mi discurso y la comunicación. A los entrenadores siempre se nos pone un esteriotipo y no lo entiendo del todo. Creo que un técnico, ante todo, debe saber transmitir. Si una persona aprende a hacer eso, desde luego no hace falta elevar el tono de voz.
La jugadora estrella femenina, ¿nace o se va haciendo con el paso de los años?
-Clubes como el Athletic o la Real Sociedad que trabajan estupendamente la cantera, ¿cuántos Messis o Cristianos sacan? Creo que la estrella nace. Incluso también diría que nace el entrenador estrella. Cuando te sacas el título de técnico, es verdad que aprendes cosas básicas. Sin embargo, no te enseñan a entender de fútbol. Con una futbolista, ocurre lo mismo. Nace, pero también se hace. A una jugadora hay que potenciarle lo que hace muy bien para que tampoco se acomode.
Entre sus muchas facetas, también se encuentra la de formar a otros técnicos en Alegría. ¿Cuáles son sus líneas maestras?
-Allí preparo a gente muy joven. Ante todo, el entrenador debe ser una muy buena persona para poder transmitir valores a los niños. Hay que documentarse lo máximo posible porque Internet es una gran fuente de información si la sabes aprovechar. Como trabajan con los más pequeños, deben ser buenas personas e inculcarles valores de compañerismo. Todo ese tipo de cosas.
Para acabar, ¿qué le parece que haya clubes de la provincia que no sean convenidos del Alavés?
-Me gustaría que todos trabajaran codo con codo con el Alavés. Todo sería más bonito y cercano, pero me imagino que influye mucho el dinero. Estamos atravesando una época muy mala y cada uno tiene que velar por sus intereses. A los niños que les echan del Alavés, del Ariznabarra o del Aurrerá, por citar algún club, siempre les pongo el ejemplo de Toquero. A Gaizka le echaron de cadetes del Alavés siendo defensa, pero le cambié de puesto, le puse de mediapunta y le cambió la vida para comenzar una época muy fructífera. El fútbol siempre concede una segunda oportunidad y un niño no se puede venir abajo si un club no cuenta con sus servicios.