vitoria - La lista de pretendientes de Fernando San Emeterio se incrementa. Héroe de la tercera ACB de la historia del Baskonia con aquel inolvidable ‘2+1’ ante el Barcelona del que se cumplieron recientemente cinco años y reacio a prolongar su ciclo en Vitoria, el alero cántabro no va a encontrar excesivos problemas para proseguir su carrera profesional lejos de la capital alavesa. A sus 31 años y con la cuerda suficiente para seguir dando guerra, se agolpan las novias en espera de su decisión final. En breve, quedarán atrás siete años de militancia azulgrana en los que su profesionalidad ha resultado intachable y se ha encontrado fuera de toda duda más allá de los altibajos en su rendimiento. Algo que, por otro lado, también se puede enmarcar dentro de la pérdida de competitividad que viene experimentado el Laboral Kutxa de un tiempo a esta parte. En una última campaña decepcionante, nadie duda de que fue uno de los contados elementos en salvarse de la quema. Al tratarse de uno de los caramelos nacionales más apetitosos que ha salido al mercado este verano, sin obviar su condición de multiusos y, sobre todo, cupo, varios clubes ya le tienen subrayado en rojo en su agenda y están dispuestos a ofrecerle un buen contrato.
El primero que lleva abordando desde hace meses su aterrizaje es, como avanzó DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA, el Valencia Basket. El gran valedor a orillas del Turia es Chechu Mulero, un viejo conocido suyo que le ha seguido desde sus inicios en Valladolid, y Pedro Martínez -el que será nombrado nuevo técnico-pretende hacerle un hueco en un roster que va a sufrir importantes variaciones pese al brillante papel desplegado en la recta final de la ACB. El problema para la entidad valenciana es que la próxima temporada no disputará la Euroliga, una glamourosa competición que San Emeterio lleva degustando mucho tiempo en el Buesa Arena y un atractivo fundamental a la hora de que el santanderino se decante por una u otra oferta. De ahí que todavía esté sopesando otras alternativas encima de la mesa y haga gala de ciertas dosis de paciencia al sospechar que alguna otra puede surgir en un breve lapso de tiempo. El todavía jugador baskonista quiere demorar su decisión final hasta escuchar por boca de su agente las diferentes opciones. En la recámara figuran los cantos de sirena de alguno de los dos grandes, especialmente el Real Madrid, al que los enormes tentáculos de la NBA pueden dejarle en cuadro si finalmente se confirma la marcha de Sergio Rodríguez y, sobre todo, Sergi Llull, tentado por los Rockets de Houston. Pablo Laso se expone a tener que fichar algún cupo para ajustarse a la reglamentación y el nombre de San Emeterio es apreciado por el vitoriano para ingresar en una plantilla difícilmente mejorable en los puestos exteriores con nombres de tronío como Rudy, Carroll, Rivers o Maciulis.
el interés del bayern El Baskonia, mientras tanto, ejerce de sujeto pasivo dentro de estos movimientos. Consciente de la reticencia del capitán a renovar, el club vitoriano no renuncia a sacar tajada por una pieza que acaba contrato. Tal y como sucedió la pasada campaña con Andrés Nocioni, por el que el Real Madrid debió abonar alrededor de 100.000 euros, pretende incluirle en el derecho de tanteo. Para satisfacer dicho objetivo, antes deberá presentarle una oferta cualificada que se concrete, al menos, en un 75% del salario que figura en su contrato. Así se garantizará la posibilidad de igualar más adelante la propuesta que el jugador presente de otro conjunto en la ACB. Aunque su prioridad es continuar en España, San Emeterio tampoco renuncia a dar el salto al extranjero. Según desveló ayer el portal Encestando, el Bayern Munich de Svetislav Pesic -uno de los nuevos ricos europeos- también pretende reclutarle para la próxima temporada. El cuadro alemán carece de la licencia A para ser un fijo de la Euroliga, pero es muy factible que tome parte en la máxima competición ya sea por méritos deportivos en su liga o por una invitación de Jordi Bertomeu. De recalar en el centro de Europa, el Baskonia sí vería como su capitán no deja ningún euro en las arcas.