A Stephen Curry le ha llegado su hora. El jugador más vistoso de la NBA ha llevado a su equipo, los Golden State Warriors, al mejor récord de la temporada regular y afronta los playoffs, que arrancan en la madrugada del sábado al domingo, con el reto de guiarlo hasta el anillo. Sería el tercero en la historia de la franquicia después del de 1956, cuando aún jugaban en Filadelfia, y el de 1975, logrado en su actual emplazamiento de la bahía de San Francisco. No puede haber otro desafío para estos Warriors que han alcanzado las 67 victorias, marca que solo han mejorado cinco equipos en toda la historia de la NBA, con un entrenador debutante al frente, Steve Kerr, y un estilo de juego espectacular y eficaz, que roza los 110 puntos anotados por partido, pero que debe pasar su prueba de fuego en la lucha por el trofeo Larry O’Brien, donde cada partido será un campo minado para las virguerías de los Splash brothers, Stephen Curry y su socio Klay Thompson.

De esa lucha por el título han quedado descabalgados Los Angeles Lakers y los New York Knicks, después de protagonizar ambos las peores temporadas de su historia, y también los decepcionantes Miami Heat e Indiana Pacers, que disputaron la final de la Conferencia Este el año pasado. También se ha quedado fuera Oklahoma City Thunder, a quien le ha hecho más daño la ausencia de Kevin Durant que el ímprobo esfuerzo de Russell Westbrook, a quien acabar como máximo anotador de la temporada regular no le ha servido para nada. Al margen de estos dos, serán unos playoffs también sin Kobe Bryant, sin Carmelo Anthony, sin Dwyane Wade, sin Chris Bosh, estrellas sin equipo que quizás tengan que entregar ya el relevo.

CONFERENCIA OESTE

Media docena de candidatos

Los Warriors van hacia el anillo por el salvaje Oeste, donde exceptuando a los inexpertos New Orleans Pelicans, cualquiera, si engancha una buena química en el próximo mes y medio, puede llegar al menos a la final de conferencia. Por debajo de Stephen Curry y los suyos, las cosas han estado muy apretadas y las posiciones han bailado hasta la última jornada. Así, los San Antonio Spurs iniciarán la defensa del título ante Los Angeles Clippers, un equipo del que se espera ya un paso adelante para abandonar definitivamente la etiqueta de hermano pobre de la ciudad angelina.

Los campeones han recuperado a tiempo al mejor Kawhi Leonard, mejor jugador de la pasada final, para apoyar a Tim Duncan, Manu Ginobili y Tony Parker, que aún no han saciado su hambre de títulos. Dirk Nowitzki espera encontrar en los Dallas Mavericks algo de altruismo para variar los pronósticos y James Harden, igual que Curry candidato a MVP de la temporada, debe demostrar que puede tirar de sus Houston Rockets en un territorio en el que su baloncesto de orfebrería puede ser menos efectivo.

Quizás nadie cuenta con los Memphis Grizzlies, que ya han jugado una final de conferencia, y con los Portland Trail Blazers, pero ambos son conjuntos bien armados para esta fase de la temporada y siempre son duros de pelar apoco que sus estrellas estén, además, inspiradas.

CONFERENCIA ESTE

LeBron, contra los Spurs del Este

LeBron James aún tendrá en sus pesadillas en la que sus Miami Heat fueron destruidos por los Spurs. Pues bien, la gran estrella de la NBA actual ha cumplido y ha colocado muy arriba a los Cavaliers en su vuelta a Cleveland. Justo por detrás de esos sorprendentes Atlanta Hawks, considerados los Spurs del Este por su juego coral y solidario, pero que no parecen candidatos en unos playoffs en los que se necesita jugadores que marquen diferencias.

Si LeBron encauza a Kyrie Irving y Kevin Love y les convence de la importancia de defender, la final de la NBA será de nuevo para los Cavaliers, con permiso de los Chicago Bulls, el único equipo que puede hacerles frente siempre que Derrick Rose esté a un buen nivel físico y Pau Gasol mantenga el nivel que le ha llevado a firmar 54 partidos con más de diez puntos y diez rebotes. Quizás son demasiadas condiciones para un grupo de jugadores que ha sido muy irregular, tanto en rendimiento como en presencia en cancha por culpa de las lesiones.

No hay más en el Este, donde han llegado a playoffs los Boston Celtics pese a estar en plena reconstrucción y haber tenido bajo contrato en algún momento de la temporada a 40 jugadores. Cada jugador de los verdes ha mejorado, pero ahora se trata de ganar y nada de lo que ha ocurrido hasta ahora tiene importancia.