BILBAO - “Yo estoy a lo que digan las empresas. Si me conceden el aplazamiento, estaré muy agradecido; si no, haré todo lo que está en mi mano para recuperarme”, confesaba ayer Aitor Zubieta, después de aguantar los achaques del segundo partido de la liguilla de semifinales del Parejas, ya con la victoria en la mano y la posibilidad de encontrar una última oportunidad de final en el vital envite ante Joseba Ezkurdia y José Javier Zabaleta. Junto a Pablo Berasaluze, se descoyuntó el etxarriarra ambas manos, aunque “temía más por la izquierda”. Cosas del traqueteo de un encuentro tenso, que se dirimió por el oficio del vizcaíno y el navarro frente a Artola-Albisu, más fallones en la contienda. Pues bien, con toda la honestidad se mostró el guardaespaldas de Asegarce, cedido por Aspe, que no se veía entonces para afrontar con todas las garantías el desenlace de la penúltima fase del campeonato, que se jugará en el Astelena de Eibar el domingo. Zubieta pidió que el partido se retrasara. Y, por ahora, la Liga de Empresas se lo niega.

Aspe y Asegarce, que componen el ente que maneja la actividad manista profesional, no contemplan atrasar el encuentro en el que se decidirá el nombre de los segundos finalistas del Parejas, que acompañarán el día 26 a Oinatz Bengoetxea y Álvaro Untoria, el sustituto ya permanente de Andoni Aretxabaleta, por lo que incumplirán sus propios precedentes. De hecho, el curso pasado ya apelaron al retraso del último partido de la liguilla de semifinales por los problemas en la zurda de Juan Martínez de Irujo, que le tuvieron a partir de junio en el dique seco casi dos meses. Y es que, contradiciéndose ellos mismos, argumentaron que “aunque en el reglamento del Parejas de 2014 no se contempla expresamente la concesión de aplazamientos en la disputa de los partidos de la fase de liguilla de semifinales, no es menos cierto que se viene admitiendo en el seno de las competiciones oficiales el señalamiento de partidos en fechas posteriores a las previstas inicialmente como de referencia”. Siempre, contando con tres premisas: la primera, que no se solape con otra fase del torneo; la segunda, que no modifique las siguientes, y la tercera, que el pelotari pueda estar en plenas condiciones para esa fecha. Y el caso de Zubieta cumple con esos tres aspectos, por lo que no recurrir a aplazar la disputa conllevaría un cambio de guion, de su propio guion, adaptándolo al albur de sus propios intereses, cuando los pelotaris son el activo más importante de las competiciones de la Liga de Empresas. Todo se enmaraña aún más porque uno de los afectados de la opción del ente el curso pasado es el propio Zubieta, que tuvo que esperar una semana al campeón de Ibero.

Apurar los plazos Ante la primera, poco objetiva e injusta negativa de la LEP.M, Aitor Zubieta tendrá que apurar todos los plazos de sus dos manos para tratar de recuperarse si quiere ser de la partida el domingo. De hecho, el coloso de Etxarri-Aranatz comenzó ayer mismo su rehabilitación y fue a limpiarse el callo de la mano derecha. Espera que la piel se fortalezca poco a poco para volver a tocar pelota en los próximos días. “El tendón de la izquierda está todavía hinchado y tengo que esperar para ver cómo evoluciona para tratarlo de un modo u otro”, manifiesta el zaguero, que agrega que “siempre soy optimista, pero ahora toca ver qué tal van comportándose las manos en las fechas próximas”. El tiempo vuela y el domingo se la juega en el Astelena ante Ezkurdia-Zabaleta acompañado de Berasaluze, si la Liga no recapacita.