En agosto de 2011, José Antonio Camacho dejaba Osasuna para afrontar una titánica encomienda: sacar de la mediocridad futbolística a la selección de China. Camacho, creyeron, formaba parte de la aristocracia balompédica española, la mejor escuela del mundo, consecuencia de haber ganando la Eurocopa de 2008 y el Mundial de 2010. 22 meses después, China con Camacho al frente no salió de la mediocridad. Pero sí empeoró. Bajo la tutela del técnico murciano, China ganó siete partidos (tres de ellos amistosos), ante rivales de escaso nivel; empató dos y perdió once, sufriendo la peor goleada de su historia (8-0 ante Brasil) y una humillante derrota por 1-5 ante una selección de Tailandia compuesta por suplentes y juveniles. La Policía tuvo que escoltar a los jugadores cuando salieron del estadio de Hefei, en la provincia de Anhui. José Antonio Camacho, el mesías imaginado, fue destituido el 24 de junio de 2013.
Poco más de un año después, el 6 de noviembre de 2014, Gregorio Manzano, que el fin de semana anterior había logrado el subcampeonato de la SuperLiga China en su primera temporada al frente del Beijing Guoan, fue premiado como el mejor entrenador del año en el país asiático, imponiéndose en las votaciones a los otros dos nominados, el italiano Marcello Lippi (que consiguió el título liguero con el Guangzhou Evergrande) y el chino Gao Hongbo, del Jiangsu Sainty.
Manzano, de 58 años, se convirtió en el entrenador de moda en la pasada liga china porque su equipo fue el único que consiguió desafiar la hegemonía del Guangzhou Evergrande de Lippi, que ha ganado el título en las cuatro últimas temporadas.
La credibilidad en la marca España, en cierto modo, recuperó el prestigio perdido y la interrelación no acaba más que empezar. El pasado 21 de enero y con una fastuosa puesta en escena en Pekín, se oficializó la compra del 20% del Atlético de Madrid por parte del magnate Wang Jianlin, uno de los hombres más ricos de China, a cambio de 45 millones de euros. A ellos se sumarán otros 30 para la creación de una escuela de fútbol en China, dentro de una serie de programas destinados al desarrollo de jóvenes talentos del gigante asiático.
Existe una empresa hispano-china, Nama Sports, dedicada al marketing deportivo que, entre otras actividades, trae a jóvenes futbolistas chinos, de entre 12 y 18 años, para formarse en colaboración con la UE Cornellà. Además, Nama ha abierto un campus del Barcelona en China, donde dispone de su propia academia, en la que colaboran seis entrenadores catalanes.
Esta empresa también busca patrocinadores asiáticos, una novedad que va consolidándose. El gigante de las telecomunicaciones chino Huawei patrocina al Atlético de Madrid, la empresa tecnológica Power 8 da nombre al estadio del Espanyol y la Real Sociedad y Rayo Vallecano lucen en sus camisetas Qbao.com. Se trata de una compañía de telefonía móvil que aporta al club txuri urdin un millón de euros durante la presente temporada. La victoria liguera de la Real frente al Real Madrid en la segunda jornada (4-2) tuvo tanta repercusión en China que Qbao.com entregó a la Real 100.000 euros a modo de premio extra.