Bilbao - “El corazón se me aceleró”, cuenta Mikel Larunbe (Galdakao, 1993). Le pasó en el frontón de Arnedo el sábado en mitad del partido que cerraba su participación en la liguilla de cuartos del Parejas de Segunda junto a Jorge Rico frente a Víctor Esteban y Aritz Begino. “Me dijeron que fue una pequeña taquicardia, con la que sin apenas esfuerzo el corazón se me pone a mucha velocidad”, revela el zaguero vizcaino. En cuanto dio un esprint con el encuentro rodado, la vista se le empezó a nublar también. “Me ha pasado ya en otras dos ocasiones y el sábado me di cuenta de que no podía seguir”, analiza Larunbe, que se fue al vestuario con el médico y no salió. Iban 10-19 y acabaron 10-22. Fue trasladado al hospital de Calahorra, donde le hicieron las exploraciones pertinentes, en las que no encontraron nada raro.

“Las anteriores veces en las que me ha ocurrido algo similar hicimos unas pruebas para ver cómo me encontraba y cuál era la causa, pero salió todo bien. Además, pasamos reconocimientos médicos anuales, cuando me miran las pulsaciones va todo bien y no hay nada raro”, revela el guardaespaldas galdakoztarra, quien agrega que “según dicen los médicos hay en situaciones en las que puede pasar”. Una vez en Calahorra, Mikel fue sometido a un electrocardiograma, a un análisis de sangre, a un escáner y a una ecografía en el corazón, donde los especialistas no observaron nada fuera de lo normal. “Ahora, Iñigo Simón, el médico de la empresa, está hablando con un cardiólogo para que me haga pruebas y esta semana me someteré a alguna. Estoy en las mejores manos”, agrega el manista de Asegarce.

En estos momentos, el pelotari, que pasó varias horas junto a los galenos calagurritanos, dice sentirse bien. “Por las dos ocasiones anteriores en las que me habían dado las taquicardias ya sabía el procedimiento que iba a tener que seguir. Dura solo unas horas, hasta que el ritmo cardíaco vuelve a su estado habitual. El sábado me tocó estar un tiempo en el hospital, pero pude volver a casa sin problema”, manifiesta Larunbe, quien reflexiona que “estoy bastante bien de ánimos. Estoy tranquilo”. Por ahora, tiene prescrito no realizar ninguna actividad física hasta dar con la solución o la razón y su presencia en el descorche en Lodosa de las semifinales de Segunda, en las que es el único vizcaino en liza, todavía se encuentra en tela de juicio. “Hasta que no estemos seguros no voy a hacer nada de trabajo físico”, declara Mikel, quien apostilla que “no estoy agobiado con el tema. Estoy con buenos médicos y ellos saben lo que va a ser mejor para mí. Tengo mentalidad positiva”.

Mikel Larunbe en el presente campeonato de Parejas de Segunda está dando un nivel alto de juego, en el que se va estabilizando poco a poco. “Me faltaba frontón”, argumenta el de Galdakao. “Siempre he ido a jugar del mismo modo que he entrenado. Siempre intento ir a tope. Pero he pasado temporadas malas, en las que estaba sin confianza y me comía demasiado la cabeza”, explica Mikel, quien añade que “hablando con los compañeros de entrenamiento de Iurreta me dijeron que igual tenía que meter más entrenamiento en el frontón”. Desde diciembre, su crecimiento ha sido importante. “He cogido más seguridad en mí mismo”, advierte. Y es que, a los entrenamientos de los martes en Tolosa añade sesiones técnicas siempre que puede y tiempo en la cancha.

Así, se acuna el vizcaino en las semifinales de Segunda, donde comparte gerriko con Jorge Rico. “Me veía antes del campeonato entrenando bien y tenía ganas de jugar con él, porque el año pasado no pudimos dar lo nuestro por una lesión importante de mi compañero”, remata Larunbe. El objetivo del galdakoztarra, en este instante, es recuperarse e “ir partido a partido y, si se puede, llegar a la final”.