madrid - Capaz de poner en pie al Parque de los Príncipes después de firmar uno de sus acrobáticos goles, Zlatan Ibrahimovic tiene la habilidad, o el defecto, de meter la pata hasta el fondo cada vez que una cámara se cruza por su camino. El delantero sueco del PSG, que lleva años pululando por los mejores clubes del continente a base de talonario, sigue enojando a los franceses tras sus últimas declaraciones. A Ibra le pierde su ego desmedido. Prototipo de la estrella millonaria y caprichosa, que hace lo que quiere, sin pensar en las consecuencias, ha conseguido poner de acuerdo a toda Francia. Políticos de ideología tan alejadas como los del Frente Nacional y del Partido Ecologista han secundado el mismo mensaje para cargar contra la estrella del Paris Saint-Germain, que tras perder el pasado domingo ante el Girondins de Burdeos (3-2), cargó duramente contra la actuación del árbitro y consideró que Francia es “un país de mierda”.

Ibrahimovic, que la semana pasada fue expulsado en la vuelta de los octavos de final de la Champions ante el Chelsea, no digirió bien la derrota. Las cámaras del canal de información deportiva Infosport+ le pillaron en el túnel de vestuarios: “En quince años nunca he visto un árbitro como este. En este país de mierda. Este país no merece al PSG. Somos demasiado buenos para este país”. Las palabras, pronunciadas en inglés causaron un revuelo inmediato en las redes sociales. A través de su cuenta de Twitter, el ministro de Deportes galo, Patrick Kenner, afirmó que “la decepción de Ibrahimovic no justifica sus palabras insultantes contra el árbitro y el país que le acoge”, al tiempo que le exigió excusas. Algo que el futbolista hizo minutos después a través de un comunicado en el que señaló que “sus palabras no se referían ni a Francia ni a los franceses”. “He hablado de fútbol y de nada más. Hemos perdido el partido y lo acepto, pero no acepto cuando el árbitro no sigue las reglas. No es la primera vez que sucede. Estaba cabreado y todo el mundo sabe que en momentos así uno no dice lo que piensa. Quiero excusarme por si hay personas que se han sentido ofendidas”, destacó el internacional sueco, que está siendo duramente criticado en las últimas semanas. Los medios de comunicación franceses han puesto de manifiesto que el PSG logra mejores resultados cuando él no está en el césped.

El exjugador del Barcelona -en la ciudad condal acabó muy mal con Pep Guardiola, al que llamaba El Psicólogo- tendrá que comparecer mañana ante la Comisión de Disciplina de la Liga de Fútbol Profesional francesa. No ayudará al jugador que el sindicado de árbitros publicara ayer un comunicado en el que consideró que sus palabras son “muy graves” en un momento en el que se recrudece la violencia en el fútbol.

le pen le invita a irse Desde el mundo de la política no faltaron los reproches a Zlatan. “Los que consideran que Francia es un país de mierda que se marchen”, subrayó la presidenta del Frente Nacional, Marine Le Pen. Para el líder de los ecologistas en la Asamblea Nacional, François de Rugy, lo peor es el ejemplo negativo que el sueco, el jugador mejor pagado del campeonato francés -15 millones de euros al año- da a los jóvenes. “Es inaceptable, un capricho de estrella del fútbol. Que juegue al fútbol y que se calle”, clamó, airado, el exdiputado socialista Jérôme Guedj.

Los medios de comunicación franceses aprovecharon para rescatar las diferentes salidas de tono del delantero sueco, alimentadas por su inmenso ego. “No conozco la liga francesa, pero la liga francesa me conoce”, afirmó nada más llegar a París. En una conferencia de prensa, cuando un periodista le preguntó por unas heridas que tenía en la cara respondió: “Pregunta a tu mujer”. En una concentración con Suecia le preguntaron por el pronóstico de una eliminatoria y respondió: “Solo Dios lo sabe y usted lo tiene delante”. En su etapa en Barcelona, tras la publicación de una foto junto a Piqué, le preguntaron si era homosexual y respondió: “Ven a casa y te enseño si soy homosexual. Y tráete a tu hermana”. Lo más probable es que la del pasado domingo no sea su última declaración fuera de lugar.