cuando algo va mal, aún puede ir peor. Mucho peor incluso. Al Manchester United, que fue apeado en los cuartos de final de la FA Cup por el Arsenal el pasado lunes, le ha sucedido algo así, aunque sus males no han pasado de ahí, de ir a peor. Para fortuna para los aficionados de los red devils. El holgado triunfo de ayer (3-0) ante el Tottenham ha resultado balsámico y ha tranquilizado las aguas de un río que ya bajaba muy bravo. Y menos mal, pues además de por la dolorosa derrota sufrida ante los gunners, la semana del United ha estado marcada por el descontento de Radamel Falcao y el K.O. sufrido por Wayne Rooney a manos de Phil Bardsley, central del Stoke City y excompañero del delantero en el Manchester, en un combate de boxeo improvisado en la casa del primero. Al menos, tras ganar a los Spurs, mantienen la cuarta la plaza liguera, la última que da acceso a jugar la Liga de Campeones la próxima temporada.

Por todo ello, y porque tampoco está haciendo méritos suficientes como para no estar cuestionado semana tras semana, no corren buenos tiempos para Louis Van Gaal, al que parecen crecerle los enanos. Los cerca de 200 millones de euros invertidos por los mandatarios del club en verano para reforzar al equipo son una losa demasiado pesada con la que tiene que cargar el técnico holandés en el día a día. Es por ello que, sin ninguna competición europea en el horizonte desde principio de temporada y con sendas actuaciones discretas en las dos copas que se disputan en Inglaterra -alcanzar los cuartos de final debe ser el mínimo exigible para un equipo de este nivel-, el cuarto puesto que ahora mismo ocupan los diablos rojos no es un consuelo para la hinchada.

Además, a todo eso hay que añadir que la relación de Van Gaal con Falcao no pasa por su mejor momento. El lunes, mientras el equipo se veía incapaz de darle la vuelta al marcador en el choque ante el Arsenal, el técnico agotó sus cambios a 17 minutos para el final, dando entrada al joven Adnan Januzaj y dejando en el banquillo a jugadores tan contrastados como el colombiano o Juan Mata. La apuesta le salió rana. Eso sí, tampoco ayudó que al poco rato Ángel di Maria se autoexpulsase por agarrar al árbitro en una protesta. Una chiquillada.

Después de no disputar ni un solo minuto en el encuentro de la FA Cup el lunes, el martes se vistió de corto para jugar con el equipo de reservas del Manchester. Ese gesto, que según Van Gaal no buscaba “humillar” al colombiano, pues explicó que “todo jugador necesita ritmo de juego. Ya expliqué que cada futbolista que no juega con el primer equipo tiene que jugar de vez en cuando”, no le sentó nada bien a Falcao y desde su entorno no tardaron en señalar el malestar del jugador. Distintos medios ingleses incluso llegaron a recoger que el delantero se arrepentía de haber fichado por el Manchester United. Ayer disfrutó de unos pocos minutos en el triunfo ante el Tottenham, pero ya hay quien le sitúa la próxima temporada en la Juventus.

clásico ante el liverpool Anclado en la cuarta plaza, el conjunto de Manchester tendrá este domingo una dura prueba de fuego ante el Liverpool. Nada más y nada menos que el clásico inglés por excelencia y con ambos equipos en plena disputa de la posición que da acceso a la Champions. Si los reds ganan esta noche al Swansea llegaran a solo dos puntos de su máximo rival. Casi nada.