“Uno nunca se rinde ante lo que le apasiona”
Abel Barriola cumple mañana 17 años en la élite profesional de la mano, tiempo en el que ha vivido de todo, pero no baja el pie del acelerador: quiere ganar hoy
BILBAO - Abel Barriola (Leitza, 18-V-1978) está inmerso en el Parejas con la mirada puesta, como siempre, en la txapela. Acumula una Triple Corona y quiere seguir sumando. El encuentro ante Retegi Bi-Rezusta de hoy en el Labrit de Iruñea puede ser capital para sus opciones. Se unirá a Jokin Altuna, reemplazo de Irujo, con la zurda tocada, en busca de su séptimo punto.
Lleva 17 años en la brecha, ¿cuál es la receta?
-En este deporte siempre ha sido bastante habitual que un pelotari alcance los 38 años o por ahí. Es verdad que, conforme pasan los años, la vida profesional se acorta un poquito. En el plano personal estoy contento. Este campeonato de Parejas sé que lo estoy jugando con el mejor pelotari que hay en estos momentos, Martínez de Irujo, y eso ayuda mucho, pero aun así estoy contento con el rendimiento que estoy dando. Pasan los años, sigo estando entre los mejores y me siento satisfecho y contento por estar entre estos jóvenes.
De todos modos, el deporte profesional tiene una carga de trabajo importante y sufre el cuerpo, pero en su caso se encuentra casi de forma ininterrumpida en la élite desde que debutó, ¿dónde está la clave?
-Lo primero es una pizca de suerte. Fíjese, hace poco hemos despedido a un gran compañero como Laskurain que tuvo una lesión hace un par de años y se ha tenido que retirar. Al final, la vida deportiva son muchos años y tienes que tener esa suerte más que nada para salir vivo de las lesiones. En mi caso, me han tocado lesiones fuertes y he tenido la mala suerte de tenerlas, pero también la buena de salir de todas y aún estar compitiendo. No hay un secreto para estar bien. Lo importante es el trabajo diario, sea o no deporte. Aunque, para mí, la clave es la ilusión, que te guste lo que haces. Si tienes la ilusión del día a día, tarde o temprano las cosas salen.
De todos modos, van unidas ambas, porque tener la suerte de darle la vuelta a situaciones límite y mantener el nivel alimenta esa ilusión, ¿no?
-Dice una frase que uno nunca se rinde ante lo que le apasiona. A mí lo que me apasiona es jugar a pelota y el mundo de la pelota. Al final, eso crea mucha ilusión y te hace trabajar día a día, que a la postre es lo más importante. Eso ayuda a mantener la disciplina, el trabajo diario y hace que estés mejor o peor pero que mantengas una regularidad durante años. Ahora mismo, en la pelota profesional es muy importante, porque son doce meses de competición con pequeños descansos. Es necesario tener esa regularidad durante toda la temporada.
¿Esa disciplina a la que hace referencia se ejercita de algún modo?
-Está claro que nosotros los pelotaris tenemos la suerte de vivir de lo que nos gusta y eso tiene dos caras. Por un lado, la pelota es tu pasión, es lo que más te gusta, pero al mismo tiempo tienes que ser consciente de que se trata de tu trabajo y un trabajo tiene sus obligaciones, sus quebraderos de cabeza, que salen del mismo juego en la cancha. Al final, tienes que aprender a combinar esas dos cosas: que es tu afición y que vives de ello. Esas dos cosas son importantes. También la disciplina es importantísima. Si se dice que el deporte es bueno para la juventud es en parte por eso. El deporte es una escuela. Todos los deportistas tenemos interiorizado desde pequeños la disciplina, el trabajo diario y el querer mejorar día a día para ser más íntegros. Eso ayuda en la calle.
Es una escuela de vida, ¿no cree?
-Por supuesto que sí. Hace poco leía una entrevista al jugador de balonmano Cañellas en la que decía que la cultura del deporte es más que leer de la novia que tiene fulanito o de los pendientes que lleva. El deporte es una forma de aprender a vivir y aporta valores muy útiles en tu día a día.
En estos 17 años de carrera ha vivido cosas buenas y cosas no tan buenas, pero ¿con qué se queda?
-Ganar una txapela es algo especial, es el reconocimiento al trabajo bien hecho, pero quizás con lo que más me quedaría, al mismo nivel, es salir bien de las lesiones. Te hace falta suerte, pero también un componente de tirar hacia adelante. Cuando sales del agujero sientes una sensación especial, cuando sales de una lesión y juegas un par de partidos a buen nivel tienes una sensación indescriptible. Te dices a ti mismo: otra vez estoy aquí. Las he pasado putas, pero estoy aquí.
La importancia de la fuerza mental, que es clave para todo en esta vida.
-Sin duda. En nuestro caso es muy importante junto con la fuerza física y la calidad técnica. Es importante tener un equilibrio para que todo salga bien. Tratar de ser íntegro y completo.
Volviendo a la actualidad, en este campeonato de Parejas vuelve a ser uno de los destacados y el sábado pasado fue el gran protagonista.
-Soy consciente de que estoy jugando con Irujo, que junto con Aimar es uno de los dominadores de los últimos años, y siempre te facilita las cosas. Es un crack. Pero también es verdad que estoy haciendo las cosas bien en mi labor. Estoy llevando una regularidad todo el campeonato y es vital cuando vas cumpliendo años. El sábado jugué en Gasteiz con Jokin Altuna que hizo un partidazo.
La pasada semana tuve la oportunidad de entrevistar a Jokin y apostilló que usted era el mejor zaguero con el que jugar y habló de su importancia como compañero y como persona.
-Toda palabra de cariño y de afecto nos gusta a todos. Es la mejor vitamina que hay. Es algo que me enorgullece y emociona. Que hablen bien de ti y que te vean no como pelotari sino como buen compañero se convierte en algo más importante. De todos modos, a Altuna pocas cosas hay que decirle, sabe muy bien qué tiene que hacer siempre.
Juega hoy frente a Retegi Bi y Rezusta sin Irujo y con el joven Jokin, ¿puede ser el punto definitivo para las semifinales?
-Van a hacer falta ocho. Será un partido complicado. Muchas veces vienes con la euforia de haber ganado a los líderes y tienes que estar al loro. No es que te relajas, es que confías demasiado en ti mismo. Nos van a proponer un partido exigente en el que habrá que darle muchas veces a la pelota. Ahora viene la parte más importante del campeonato.
Visto lo sucedido en temporadas anteriores, ¿os preocupa la mano izquierda de Juan Martínez de Irujo?
-El año pasado fue un calvario, sobre todo para Juan. Parecía imposible recuperar esa mano. De hecho, en verano estuvo dos meses sin jugar. Sí que preocupa. Sabemos que Jokin le va a suplir perfectamente, pero lo que queremos todos es que se recupere, pero pasa el tiempo. El jueves hablé con él y me dijo que no ha recuperado la mano, que no puede entrenar fuerte y que a nivel menos exigente le dolía. Es una preocupación, pero como otras tantas, porque en un campeonato hay muchísimos contratiempos.
Lo importante, a estas alturas es que recupere bien porque tienen tiempo y distancia sobre sus perseguidores: Bengoetxea VI-Aretxabaleta.
-Sí, pero solo piensas en ganar el siguiente partido. Ahora vienen los duelos claves del campeonato y hay que ganar para llegar a las ocho victorias cuanto antes.