Vitoria - Fue el gran nombre del comienzo de la temporada en Can Barça, pero el regreso a la normalidad ha devuelto a Munir El Haddadi a Segunda División. El joven extremo de ascendencia marroquí deslumbró durante la pretemporada y con la baja de Luis Suárez se hizo con un hueco en los planes de Luis Enrique por delante, incluso, de su gran ídolo, Pedro Rodríguez. Como el tinerfeño, es rápido, muy vertical para buscar el área y avispado con el gol. Por delante tiene un futuro esplendoroso y en el Barcelona lo saben. Pero con los Messi, Neymar y Suárez ya a pleno rendimiento, los técnicos culés quieren que una de sus perlas más prometedoras no pierda el ritmo competitivo. Y por eso ha regresado al filial, en un examen deportivo y sobre todo personal. De ser portada de todos los periódicos y codearse con los mejores futbolistas del planeta, a regresar al barro de la Liga Adelante. Una prueba más para la maduración de un futbolista llamado en un futuro no muy lejano a ser un referente en el Camp Nou.

Lo cierto es que, pese a este regreso al filial, Munir quema etapas a toda velocidad. El extremo de origen marroquí y nacido en Madrid fue el gran protagonista de la Youth League ganada por el Barcelona, en la que fue el máximo goleador (11 dianas) y el mejor asistente (6 pases definitivos), dejando un espectacular tanto desde el centro del campo en la final contra el Benfica. Siendo juvenil, Eusebio le abrió las puertas del filial. Precisamente, esta semana se ha reencontrado Munir con Jordi Vinyals, sustituto del vallisoletano en el banquillo del Barça B y quien fuese su entrenador en el Juvenil A blaugrana que se alzó con el título continental.

Con Eusebio jugó once partidos al final de la pasada campaña y fue clave para que el filial barcelonista acabase tercero en la Liga Adelante, su mejor clasificación histórica igualando los registros de Luis Enrique. Cuatro goles en esos once partidos evidenciaron su olfato en el área y el técnico asturiano no dudó demasiado a la hora de depositar su confianza en este joven, hijo de un marroquí que llegó a España en patera y de una melillense y al que el Real Madrid, el club del que era seguidor de crío, nunca quiso hacer una prueba. Dicen las malas lenguas que por esa razón han rodado cabezas en la Casa Blanca. 32 goles en 29 partidos con el equipo cadete del Rayo Majadahonda asombraron a no pocos ojeadores. Y entonces fue cuando desembarcó en La Masia, destacando con los juveniles, a los que condujo al título de campeones de Europa de su edad. Quemando etapas a toda velocidad, subiendo escalones como una exhalación y tocando el techo del primer equipo el pasado verano, cuando las ausencias de muchos jugadores que habían disputado el Mundial y la sanción a Luis Suárez le permitieron ver un resquicio. Y Munir abrió la puerta hasta los topes para hacerse con un hueco propio en el vestuario del Camp Nou. La confianza en él de Luis Enrique está fuera de toda duda. Tanto que decidió prescindir de Gerard Deulofeu. Y el extremo respondió con goles en la pretemporada, siendo el máximo artillero blaugrana, y también en un arranque de Liga en el que fue titular.

Ahora, con todas las estrellas a su máximo nivel, Munir compagina los entrenamientos con el primer equipo con los partidos con el filial. Lo mejor que le podría pasar al Alavés es que Luis Enrique le convocase para jugar contra el Levante. De lo contrario, el extremo será una amenaza para la zaga albiazul. - B. Mallo