Vitoria - Los éxitos de la selección femenina han popularizado el término ‘guerreras’. ¿Contra qué se rebela esta ‘guerrera’?
-Hoy todo el mundo se rebela contra nuestros políticos que ni nos representan, ni hacen bien las cosas ni nos ayudan a prosperar en nuestra vida, en el día a día.
En la selección está tu amiga Patricia Elorza, ¿qué te cuenta de esa experiencia?
-Ahora tengo más contacto con su aita que es nuestro presidente y le solemos preguntar por ella y aunque es un poco parco en palabras nos dice que lo está viviendo muy feliz.
¿Te da envidia?
-Da envidia sana pero yo por la pasión que tengo por el balonmano y con disfrutar viéndolas me conformo. Hay que ser muy buena para estar allí y ellas son unas máquinas.
Sin embargo viviste una experiencia semiprofesional...
-Sí, en la misma categoría a la que hemos ascendido este año. En el Kukullaga de Etxeberri de Bizkaia y fue un año, una gran experiencia en una competición más intensa, más fuerte pero me volví porque al final donde más a gusto estoy es jugando en casa.
¿Pensabas que volverías a esa categoría pero con el equipo de toda tu vida?
-Al volver estábamos peleando por no bajar al grupo B, descendimos, luego ascendimos y en los últimos años hemos jugado tres fases de ascenso. Yo siempre tenía en mente que me gustaría dejar el Eharialdea habiendo jugado con él en División de Honor y por fin lo hemos conseguido al cuarto intento. Era mi sueño.
En Álava faltan equipos o clubes de balonmano pero no nombres propios como Iker Romero, Patricia Elorza, Eli Pinedo o Iñaki Urdangarin. ¿Qué está fallando?
-Si comparas con las canteras de Bizkaia o Gipuzkoa en proporción sí sacamos gente arriba pero creo que nos está fallando trabajar más con la base, sobre todo en los colegios. Cuando yo empecé había muchos más colegios con equipo de balonmano y ahora todo es fútbol o baloncesto. En chicas apenas está Mendebaldea. No se ofrecen otros deportes. Si se ofreciera, el balonmano crecería porque te engancha.
Las chicas triunfan en el deporte colectivo e individual pero parece que los éxitos no son suficientes, hay que mercantilizar la imagen física de las mujeres como reclamo.
-Ya no es que se mercantilice o no la imagen, es que si no hay grandes logros detrás no se vende nada el deporte femenino. Si no hay un campeonato, una medalla o un gran éxito deportivo no se visualiza. Es un poco triste.
¿Qué opinas sobre la polémica surgida en el balonmano playa cuando se intentó obligar a las chicas a jugar con top y braguita?
-Me pareció lamentable que se hablara de balonmano en los medios por ese tema. Es vergonzoso que la propia organización te obligara a ello, no era cuestión de un torneo en concreto, al que puedes decidir no ir a jugar, es que era una normativa europea. La polémica surgió en el torneo de Suances, que pertenece al circuito internacional y la normativa europea obligaba a jugar con braguita y top. La Federación española se desmarcó y dijo que en España no sería obligatorio. Fue muy triste.
Indumentarias aparte, ¿sois coquetas a la hora de prepararos para salir al campo?
-Viendo el último Europeo parecía que algunas chicas se maquillaban para salir a jugar. Yo no me arreglo, me recojo el pelo y punto. Pero bueno, que mientras luego metan los golazos que meten y hagan esas jugadas lo respeto totalmente. En nuestro equipo somos más normalitas en ese sentido, igual alguna se recoge un día el pelo un poco más y se lleva un vacile pero nadie se pinta el ojo ni nada, pero tampoco pasaría nada. Lo del pelo es lo más habitual para jugar cómoda y que no te moleste.
Hablando del vestuario, ¿quién pone la salsa en él? ¿Alguna es la DJ oficial?
-Antes sí poníamos música en el vestuario para animarnos. Ahora hay música en el pabellón, creo que incluso es obligatorio en la categoría. Era algo que siempre habíamos pedido porque mola mucho. La salsa la ponemos entre todas, somos un equipo con mezcla de jóvenes y veteranas y nosotras no nos quedamos atrás a la hora de hacer el payaso. Las jóvenes ponen mucha alegría pero las mayores también acompañamos. Ha ido saliendo y entrando gente de la cantera y mantenemos el buen rollo en el equipo. Muchos domingos después de jugar nos juntamos unas cuantas y vamos a comer al Manaos, uno de nuestros patrocinadores más fieles y que nos trata como si estuviéramos en casa.
Juegas de lateral y extremo izquierdo. ¿En la vida también te pones a la izquierda?
-Sí, sí.
¿Cómo ves el panorama político?
-En lo más cercano, me tocó vivir el conflicto laboral como trabajadora del 010, en Atención Ciudadana. Fuimos cromos en manos de la política y aunque es algo que ya ha pasado, estoy cabreada. Dejé de confiar en la política y sigo sin confiar. No se hacen bien las cosas y una deja de creer y acaba siendo normal que la gente pase de la política, aunque sé que es lo último que debemos hacer. Me sentí muy defraudada.
¿Has sacrificado mucho por el deporte?
-En el día a día es sacrificado el llegar a casa a las once y media o doce después de entrenar. Cuando trabajas o estudias acabas quitando tiempo al descanso. A veces cuesta más ir a entrenar, cuesta más recuperar, yo noto que ya no tengo veinte años. Hay veces que te levantas de la cama y dices: ¡si no puedo andar después de un simple entrenamiento! También te quita tiempo del fin de semana pero al final ves que te compensa el esfuerzo.
¿Para recuperar tiráis de Legumbres Garlan, vuestro patrocinador oficial?
-Yo tiro mucho del cocido de mi madre y de las alubias que me prepara. Estamos super agradecidas a Garlan y en el vestuario dijimos que no podía haber otra marca en casa.
¿Te gusta cocinar o los ‘tupers’ de la ama llenan tu nevera?
-Se me da bien y cuando te independizas parece que descubres la cocina. Me gusta cocinar pero reconozco que también aprovecho los ‘tupers’ porque mi madre cocina muy bien y siempre que paso por su casa no me puedo ir sin llevarme algo de lo que me ha preparado.
¿Qué te gusta hacer los fines de semana cuando no compites?
-Me gusta marcharme, si puedo a algún sitio nuevo, que no conozca, aunque sea a 50 kilómetros de aquí, que hay muchos sitios por conocer. Me gusta escaparme a Madrid donde tengo familia y aunque sea sólo un fin de semana si puedo, voy. También me gusta ir al pueblo de mi aita y de mi ama que es para mí como un refugio.
Eres una apasionada del Glorioso.
-Soy socia del Alavés y voy cuando puedo. A ver si este año no sufrimos tanto como el pasado. Empezamos bien, la cosa se ha ido complicando y los tres puntos contra el Leganés nos dieron algo más de aire y ahora el empate en Huelva. Esperemos no llegar a lo del año pasado.
¿Confiabas en el milagro de Jaén?
- Bueno, fue mucho milagro, algo increíble.
¿Qué planes tienes para el futuro próximo en lo personal?
-Me considero un proyecto de mujer emprendedora y tengo una idea entre manos con una compañera y amiga del equipo y esperemos que salga adelante pero por el momento no queremos contar más.
¿Te ves jugando otra vez en otro sitio?
-En otro sitio no. Hace no mucho, con el Eharialdea en Liga Vasca, me llegaron ofertas de equipos con proyectos más o menos ambiciosos pero con la edad que tenía entonces ya no tenía muchas ganas de jugar en otro sitio que no fuera el Ehari.
¿Y cuántos años más crees que jugarás?
No me pongo fecha para dejarlo y será el cuerpo o la vida personal la que me obligue. Por ahora el cuerpo respeta, nunca he tenido lesiones importantes más allá de golpes y tengo cuerda para rato.