playa de palma - Dicen que la procesión va por dentro. Odriozola debe llevarla tan adentro que a pocas horas de que su ambicioso proyecto dispute su primera carrera apenas se le ve inquieto. Mientras ultima los detalles, entre reuniones con la organización y sus corredores, no duda en atender a este periódico desde el hotel de concentración del equipo en Playa de Palma.
Parece tranquilo...
-No sé qué decirte. Parece mentira que después de correr el Tour, varios Campeonatos del Mundo y de estar como director en las tres grandes con Euskaltel me esté poniendo nervioso. Pero sí, lo estoy un poco.
¿Solo un poco?
-Bueno, cada vez más. Tengo muchas ganas de que empiece esto ya. Es el nacimiento del proyecto que va a liderar a partir de ahora el ciclismo vasco y eso es lo que me pone nervioso. Es el sueño que yo perseguía. A partir de ahora veremos hasta dónde llega. Es el sueño cumplido, el que va a llevarnos muy arriba.
Si usted está nervioso, cómo estarán sus corredores...
-Pues me imagino que parecido a mí. Sobre todo les he notado el nerviosismo cuando han coincidido en el pasillo del hotel con Cancellara. Ahí se ha visto un poco más que están ya intranquilos. Pero es lo normal. Yo ya les he explicado que en la carretera son todos iguales, que todos tienen que pedalear igual. Los nervios les durarán cinco kilómetros, porque cuando les lleven con el gancho y empiecen a sufrir les tocará ser fuertes y saber ser exigentes, pero siempre con humildad y sabiendo quiénes somos.
Como director, en un equipo con muchos debutantes en el mundo profesional, ¿qué les dice?
-Que me miren a mí y piensen, ¡qué fácil es esto! (se ríe). Bromas aparte... Este es su sueño. Aquello que parecía tan lejos lo tienen aquí, en la mano. Que lo aprovechen, que hagan las cosas lo mejor posible. Esta oportunidad que ellos tienen es inmejorable y hace algún tiempo parecía improbable.
¿Qué recorrido le ve al equipo?
-Tengo mucha confianza en ellos. Les conozco a todos de antes, pues o bien les he dirigido o les he seguido en categoría amateur. Es por eso que sé que pueden rendir, pero siempre con los pies en el suelo. Si se nos exige ganar desde las primeras carreras, hay que explicarle a esa gente que si lo que quiere es eso, con este proyecto vasco, lo que tienen que hacer es invertir. Apostar y darle un tiempo. Entonces, exigiremos, pero primero apoyar y animar.
¿Cuál es, entonces, el nivel de exigencia?
-El mío es el máximo. Soy muy exigente. Vamos a ir a por todas, pero una cosa es lo que quiera, dónde pretenda poner el listón irreal, y otra, la realidad. Y esa nos dice que somos un equipo joven, con chavales que tienen que hacerse para ver cuál es su progresión. Queremos generar ilusión en la gente, que vean que hay un equipo que quiere crecer y que en pocos años quiere ser un referente.
Hoy tienen la primera prueba de fuego.
-Ya era hora. A mí se me ha hecho eterno. Hay mucho trabajo realizado que habitualmente no se ve y que requiere mucho esfuerzo. Un equipo ciclista está para competir, pero detrás hay mucho trabajo que hacer.
Se estrenan en una prueba como la Challenge de Mallorca que usted ya conoce.
-Sí, y no sé si eso es algo que me rejuvenece o envejece. Volver después de tanto tiempo y ver las mismas caras ha sido recuperar ese espíritu joven. Pero también te da para pensar que vine hace mucho y que uno va ganando años.
Volver nunca está mal.
-Sobre todo, volver como yo quería. Eso es lo mejor de todo. Volver con este proyecto. Esa ha sido mi ilusión. Yo he podido volver antes al ciclismo profesional, al mundo Pro Tour, pero he rechazado volver para hacerlo así. Es el nacimiento del nuevo proyecto vasco de ciclismo que aspira a que la gente se identifique con él. Estoy encantado con la repercusión que está teniendo. Ahora nos toca currárnoslo en la carretera. Vendrán momentos duros, somos conscientes, pero si se hacen bien las cosas, llegarán también los buenos momentos.
No esconde que el objetivo es llegar al Tour.
-Hace poco decían que era imposible sacar un proyecto adelante y ya lo hay. Pues con lo del Tour pasa un poco parecido. Si hacemos bien las cosas, en un cierto tiempo, un plazo de tres o cuatro años, un equipo vasco puede estar en el Tour representando a todos los vascos. Si desde ya apoyamos este proyecto, si crecemos e intentamos atraer a todos los buenos corredores junto con un buen trabajo de cantera, si lo hacemos bien podemos volver al Tour.
¿Puede ser peligrosa tanta ambición?
-Es un sueño. Hay mucha gente que decía que era imposible, y aquí está Murias Taldea en la Challenge y con un gran calendario. Yo ya he hecho mi labor; ahora toca que la gente nos apoye y nos ayude. El ciclismo ha sido un deporte que ha hecho país y que ha tenido una gran repercusión. Un deporte que ha unido a todos los vascos y nosotros pretendemos eso. Necesitamos recuperar eso que Euskaltel hizo tan bien en su momento y si es posible superarlo.
¿Y si no se puede?
-Habrá que plantearse otro tipo de proyectos. Pero he renunciado a muchas cosas por esto; por creer que se puede conseguir.
Por último, ¿qué se puede esperar de Murias en la Challenge?
-Intentaremos dar el máximo. La realidad es que vamos a ver dónde estamos, que cada corredor vea cuál es su sitio en el campo profesional. Cuando sepamos desde dónde partimos nos será más o menos duro saber dónde estamos. Que la gente tenga paciencia, que esto va a ser duro. El primer paso es el que más cuesta, pero tengo mucha fe en estos corredores.