El coupé de fascinante y futurista silueta es la más llamativa de las abundantes aportaciones de la casa bávara en 2014. Este biplaza -el escueto asiento posterior no hace honor tal denominación- se mueve impulsado por un corazón de naturaleza híbrida. Coordina un propulsor eléctrico ubicado en la proa (131 CV), que se encarga de mover las ruedas delanteras, con otro tricilíndrico turboalimentado (de 1.5 litros con 231 CV) a popa que acciona las ruedas posteriores; obtiene así tracción integral. Las baterías que nutren el motor eléctrico se recargan sobre la marcha y también enchufadas a la red. El i8 puede rodar en modo ‘cero emisiones’ durante unos 35 km; en la modalidad de impulsión mixta se llega a conformar con 2,1 litros a los cien, pese a que es capaz de alcanzar 250 km/h de punta y de progresar hasta 100 km/h en 4,4 segundos. El disuasorio precio (126.900 euros) alimenta la exclusividad de esta máquina, que parece predestinada a convertirse en pieza de coleccionistas entendidos.