liverpool - A Steven Gerrard le recordarán siempre en Liverpool porque con él se escribe un idilio más que una historia. El mediocampista es una bisagra en el campo y en la realidad social red, un hombre anclado en el abismo de un club histórico, laureado y que se maneja a mordiscos de realidad entre el sacrificio obrero y la fantasía del talento. Gerrard tiene perfil de estibador, garganta de comandante y piernas de purasangre. Gerrard es el héroe de la clase obrera, habitual en el cruce de caminos con cuatro retrovisores. Conciencia de clase, sabiduría de fútbol. Gerrard es y será siempre Liverpool.
Le recordarán en la ciudad de Merseyside aunque se despida. “Bye bye Gerrard. See you soon”. Así se pintarán las paredes de la ciudad cuando llegue el momento que anunció ayer el futbolista inglés tras diecisiete cursos en la élite de la Premier con el bloque red. Abandonará en verano su casa el futbolista fetiche del público de Anfield en loor de multitudes: 695 encuentros y 180 goles, 21 de ellos con la selección inglesa en 114 partidos, desde que saltara al ruedo el 29 de noviembre de 1998. Pero las estadísticas no poseen el tacto de las cuerdas vocales entonando el you’ll never walk alone ni el alma de un mariscal de campo idolatrado por su amor incondicional a los colores. Dejará la ciudad Gerrard cuando acabe la temporada e iniciará una nueva andadura, previsiblemente en una liga menor y todo apunta a Estados Unidos, un destino en el que ya se encuentran ilustres como Raúl González o David Villa. Ian Rush, Kenny Dalglish, Graeme Souness o Billy Liddell le esperan en el imaginario red.
Con 34 años, el centrocampista inglés tiene la intención de dar un golpe de timón a su carrera, encontrar nuevos horizontes y aquello del carpe diem. “Esta ha sido la decisión más difícil de mi vida. A los aficionados del Liverpool, el club más grande del mundo, les digo que ha sido un privilegio representarlos, como jugador y como capitán”, aseguró Steven mediante una nota de prensa que hizo pública la web oficial del Liverpool. Apostilló el centrocampista que “he disfrutado cada segundo y espero terminar la temporada y mi carrera aquí de la mejor forma posible”. “Mi decisión está basada en el deseo de experimentar algo diferente en mi carrera y en mi vida y también para asegurarme de que no me arrepiento de nada cuando me retire”, relató el capitán del bloque de Merseyside.
gran carrera sin premier En total, Gerrard acumula un total de 494 partidos defendiendo la elástica del Liverpool en la Premier League, donde ha sumado 116 goles, personificando la pose de centrocampista combinativo, de brega y llegador. A pesar de sus grandes números, la gran espina del conjunto red y, por tanto, de su líder en estas diecisiete temporadas ha sido la competición doméstica, que ha llegado a acariciar en tres ocasiones -2001-02, 2008-09 y 2013-14-. Siempre se tuvo que conformar con la plata, la más amarga de las derrotas. Arsenal, Manchester United y Manchester City fueron sus verdugos. Asimismo, Gerrard fue la víctima más dolorosa de la caída en la pasada temporada, cuando Luis Suárez y él dominaron la tabla. Fueron líderes hasta que un resbalón y el Chelsea de Mourinho (0-2) dieron el testigo del triunfo al City dirigido por Pellegrini. Es el único título que le queda en materia de clubes.
Así las cosas, en su carrera en el Liverpool, que comenzó con la sustitución del noruego Vegard Heggem en un encuentro de Premier ante el Blackburn Rovers, Gerrard acumula en sus vitrinas una Copa de la UEFA -la ganada en 2001 al Alavés en un choque loco que finalizó 5-4-, dos Supercopas de Europa, dos Copas de Inglaterra (FA Cup), tres Copas de la Liga (ahora Capital One Cup) y una Supercopa de Inglaterra (Community Shield), además de la Liga de Campeones. Esta victoria llegó con Rafa Benítez en el banquillo y Gerrard como la estrella de un bloque de ensueño, cemento y magia, como todos los planteados por el técnico madrileño. Fue en 2004, frente al Milan, en una remontada que será recordada como una de las finales más intensas de la historia de la Champions. Gerrard era el pegamento en la columna vertebral delos partisanos de Benítez, que formaban Dudek, a la postre héroe en la tanda de penaltis, Carragher, Xabi Alonso, Gerrard y Milan Baros. Aquel conjunto deslumbró en Estambul a los Dida, Maldini, Nesta, Pirlo, Kakà, Crespo o Shevchenko tras irse al descanso con un 3-0 rossonero. Hicieron historia. Empataron y devolvieron la orejuda a Liverpool. Fue el súmmum de un chico de la ciudad que llegó al club con nueve años y que hacía unos meses había estado a punto de aceptar la oferta del Chelsea para viajar a jugar a Londres porque no estaba “contento” con su progreso en el club de sus amores. Nunca se fue.
“Claro que lo vamos a extrañar, tanto dentro como fuera del terreno de juego. Sin embargo, su influencia seguirá con nosotros y le deseamos mucho éxito en el equipo al decida ir”, manifestó el técnico del club, el norirlandés Brendan Rodgers, quien agregó que “hasta que llegue ese momento voy a disfrutar al máximo de Steven Gerrard, como persona y como futbolista, uno de los mejores que he visto nunca”.