Duración: 1 h 07:12 minutos de juego; 28:52 minutos de juego real.

Saques: 1 de Bengoetxea VI (tanto 4).

Faltas de saque: Ninguna.

Pelotazos: 554 pelotazos a buena.

Tantos en juego: 8 de Bengoetxea VI, 2 de Ibai Zabala, 8 de Altuna III y 6 de Merino II.

Errores: 5 de Ibai Zabala, 6 de Altuna III y 5 de Merino II.

Marcador: 1-0, 2-1, 2-2, 3-2, 4-3, 5-3, 7-4, 7-5, 7-7, 8-7, 9-8, 9-9, 10-14, 12-15, 13-15, 14-16, 15-17, 17-17, 19-18, 19-19, 20-19 y 22-19.

Botilleros: Ejercieron de botilleros Roberto García Ariño (con Bengoetxea VI-Ibai Zabala) y Martín Alustiza (con Altuna III-Merino II).

Apuestas: De salida se cantaron posturas de 100 a 80 favorables a Bengoetxea VI-Ibai Zabala.

Incidencias: Partido correspondiente a la segunda jornada de la liguilla de cuartos de final del Parejas de Primera de la LEP.M disputado en el frontón Astelena de Eibar. Menos de media entrada.

Eibar- Fue cuando la cosa pintaba negra. Cuando el partido se deshilachaba por el lado de la moneda azul y Jokin Altuna y David Merino enfocaban el triunfo en la mirilla. Entonces, emergieron los galones de Oinatz Bengoetxea. El puntillero de Leitza, pulcro en el despliegue, sin fallos, sin especulación, fue el más fuerte en un final que auguraba una pequeña tragedia en el Astelena. Corría el 14-17 y los colorados veían que el marcador se les escapaba como arena entre los dedos y un partido controlado hasta la decena se precipitaba por el dominio de Merino II, cuyos números ayer en Eibar rozaron guarismos de delantero (seis tantos y cinco errores). Fue David el hombre del grueso del partido, atravesando trances de peloteo extremo perpetrados por Oinatz y Zabala, fresco de derecha, que no buscaron a Altuna, quizás el más débil sobre el papel.

Así, los colorados, tras el tanteo inicial en el que quedó patente que el camino del de Villar de Torre iba a ser de pura espina, se lanzaron a base de fogonazos y seriedad. 7-3. Recordó Merino II al del curso pasado, recuperando sensaciones, bailando con un delantero que necesita kilómetros y aliento para sacar su mejor juego. Titín III y Jokin se parecen. Reflejó su imagen David y se dobló, creció. Se agigantó. Si el inicio era colorado, el nudo era suyo. Era riojano. Y, en definitiva, del amezketarra con la caña, descarado. Aguantó Merino el bombardeo de tres tantos duros (7-6, 7-7 y 8-7), que pasaron los cincuenta pelotazos cada uno, doblando en pulmones a su compañero y Altuna se encontró. Igualaron a nueve y se dispararon: 11-14, 12-15 y 14-17. Allí estaba Oinatz para abatir la revolución. Limpio en ataque -huecos, remate, dentellada-, genial en defensa. Inteligente, hasta el 22-19.