Bilbao - Hay días en los que las cosas no salen, en los que no se puede conectar ni el remate más sencillo. Uno de esos partidos negros vivió ayer Aimar Olaizola. Lo hizo en el peor escenario posible, en la final del Cuatro y Medio, una modalidad que había dominado con mano de hierro y en la que ayer se vio completamente perdido, como si en vez de atesorar siete txapelas de la jaula, fuera un neófito en la especialidad. El goizuetarra terminó el partido con “pena”, pero resignado después de caer en un partido en el que estuvo a merced de su rival en casi todos los pelotazos. Solamente, un parcial en la mitad del choque le permitió soñar con una victoria que ya estaba demasiado lejos para ser alcanzada.

“He jugado como casi todo el campeonato. Al jugar contra un contrario como Juan, estaba casi seguro de que el partido iba a ser muy complicado y cuando no estás bien, sin chispa, es muy difícil ganar a Martínez de Irujo y si haces tantos regalos, más”, declaró Aimar. Además, Olaizola no solo pecó de falta de ritmo, también tuvo varios remates sencillos que acabaron bajo la lona y, a la hora de atacar, no consiguió encontrarse cómodo. “He hecho bastantes fallos, él ha dominado todo el partido y estando todo el rato defendiendo es muy complicado ganar”, explicó el goizuetarra, a lo que añadió: “Cuando no estás con juego, pasan estas cosas”. Así, para tratar de cambiar la inercia del choque, el siete veces campeón de la jaula de Primera intentó una estrategia diferente a la que acostumbra. Arriesgar más y buscar el dos paredes, una medida poco habitual y desesperada para una situación desesperada. “Siempre digo que soy el peor de los profesionales echando dos paredes y lo he hecho porque ha habido pelotas que he intentado cruzar y no lo he hecho bien. Por eso he intentado varias veces esa jugada”, afirmó Olaizola.

Solamente durante un pequeño periodo de tiempo, Aimar pudo mostrar pinceladas de su mejor versión y puso algo de emoción a un choque que parecía visto para sentencia después de los primeros pelotazos. “Lo veía muy complicado y más con el contrario que tenía. Ha venido mucha gente al frontón y por lo menos quería que la gente viera que estaba dando todo lo que tenía”, reconoció Olaizola. Pero la remontada finalizó en el tanto número 17, en ese momento Irujo sentenció y el goizuetarra tuvo que abandonar el frontón cabizbajo mientras Juan subía visiblemente emocionado a la grada para celebrar con los suyos la victoria. La imagen del rey caído.