GIJÓN. Esta oferta llegó al Sporting hace pocos días de manos del empresario español Omar Zeidan y supondría la compra de las acciones de Fernández, que controla el 73 por ciento del club, y el abono inmediato de la totalidad de la deuda que el conjunto gijonés mantiene con Hacienda, que asciende a 18 millones de euros.

Esta circunstancia ha sido determinante a la hora de la elección de la oferta de un fondo de inversión con mayoría de capital británico, pero también con participación alemana, que pretende instaurar en el Sporting un sistema de funcionamiento similar al habitual en los clubes ingleses, lo que supondría el relevo del director general Alfredo García Amado y el deportivo Raúl Lozano.

Desde este grupo de inversores se urgió al máximo accionista a no demorar su decisión, ya que además pretende reforzar el equipo en el mercado de invierno, si bien Zeidan, hasta ahora el único interlocutor conocido, aseguró que la cantera sería la base del equipo.

Aunque la decisión está tomada, aún queda por documentar toda la operación, ya que los que serían nuevos propietarios del Sporting tienen la intención de hacer una auditoría para saber si las cuentas que les presentó el máximo accionista reflejan la situación económica del club.

El Sporting se encuentra en estos momentos en una situación muy delicada porque tiene el apremio de Hacienda de abonar antes de final de año alrededor de 5 millones de euros, cantidad de la que no dispone el club y, de no hacerlo, corre serio peligro de entrar en disolución, ya que el Ministerio ha anunciado numerosas veces su decisión de no acceder a más aplazamientos con ningún club.

El actual consejo de administración todavía no ha convocado la obligatoria junta general de accionistas que en teoría debe celebrarse antes de finalizar el año, ya que el máximo accionista quiere llevar a la misma el acuerdo de venta y poner de esa manera fin a más de veinte años al frente del club.

El Sporting barajaba otras dos ofertas, una de ellas encabezada por el abogado mexicano José Alfredo Reygadas y otra de un fondo de inversión de capital suizo, si bien estas no estaban tan detalladas como la de los británicos ni en principio iban a invertir tanto dinero como estos.