Lewis Carl David Hamilton (Stevenage, 1985), es un piloto acostumbrado al triunfo precoz desde su más tierna infancia. Desde que su padre Anthony Hamilton -decisivo en su carrera deportiva- le comprara un coche de radiocontrol con seis años, el joven Lewis desarrolló el talento competitivo que le ha llevado a la máxima competición del automovilismo. Ya con esa edad, ganaba en pequeños campeonatos a adultos aficionados. “Hola. Soy Lewis Hamilton. He ganado el campeonato británico y un día me gustaría pilotar su coche”, así se presentó un Lewis Hamilton de 9 años a Ron Dennis, presidente de McLaren. Había ganado el campeonato británico de karts y cinco años después se convertiría en el número uno mundial de estos pequeños monoplazas.

En 1998, Hamilton se suma al programa de jóvenes pilotos de la escudería McLaren. Pasa por la Fórmula Renault Británica, la Fórmula 3 que gana en 2005 (con 15 victorias en 20 carreras) y la GP2 al año siguiente. Ya estaba listo para el salto. El 24 de noviembre de 2006, Ron Dennis vuelve a encontrarse con aquel niño que le prometió conducir uno de sus coches, para anunciar que Hamilton se convertiría en su piloto junto a Fernando Alonso en la temporada 2007.

Logró su primera pole position y su primer Gran Premio en Canadá, al que sumó los de Estados Unidos, Hungría, Japón y China. Llega con opciones de título al final pero finalmente es séptimo en la carrera final en Interlagos (perdiendo el Mundial por un punto en favor del finlandés Kimi Raikkonen). Ese año terminó empatado a puntos con su compañero, Fernando Alonso, que venía de ser dos veces campeón mundial y con el que tuvo numerosos roces.

Al siguiente, en 2008, llegaría su primer título mundial. Ganó desde la primera carrera en Australia, y luego repitió en Montecarlo, Silverstone, Hockenheim y Shanghai. En un final apretado de nuevo en Interlagos, esta vez se llevaría el título ante el brasileño Felipe Massa (Ferrari) logrando los puntos necesarios para ganar su primer Mundial. Era, con 23 años, el más joven en lograrlo, aunque después esa marca se la quitaría Sebastian Vettel en sus cuatro años triunfales con Red Bull.

En 2009, el inicio triunfal de la escudería debutante Brawn GP, con siete victorias en ocho carreras para el británico Jenson Button, provocó un paréntesis en la progresión de Hamilton, que solo ganó dos carreras (Hungría y Singapur) y fue quinto en el Mundial. Tras ese año, decidió que su padre Anthony dejara de ser su mánager. Al siguiente año, inicio de la era triunfal de Vettel y Red Bull, logró dos victorias consecutivas en Turquía y Canadá, además de otra en Bélgica. En un Mundial muy apretado, fue cuarto tras Vettel, Alonso (Ferrari) y el australiano Mark Webber (Red Bull). En esa misma posición concluyó los años 2011 y 2012, aunque este último mucho más lejos del triunfador Vettel, con casi un centenar de puntos menos.

Adiós a mclaren En 2013 abandona la estructura de McLaren para sumarse al proyecto de Mercedes como escudería en solitario junto a Nico Rosberg. Con el fabricante alemán gana una carrera (Hungría) antes del recital de final de temporada de Vettel (nueve triunfos de nueve posibles). En marzo de este año, Mercedes presenta el que será el coche dominador de la temporada. Hamilton logra la primera pole pero tiene que abandonar en Melbourne en las primeras cinco vueltas por problemas mecánicos. Lo mismo le ocurre a Vettel. Pero todo cambia en Malasia, donde encadena cuatro victorias junto a Bahrein, China y España. Varios segundos puestos, dos abandonos y el arranque de la racha que solidifica el campeonato: cinco victorias hasta Interlagos, donde Rosberg le derrota y pone el picante para Abu Dhabi.

Tras una salida fulgurante, y beneficiado también por los problemas del coche de Rosberg, Hamilton se hizo con su segundo entorchado mundial, superando la presión y recuperando la senda que inició en 2008, beneficiado por el coche dominador de la temporada. “No puedo explicar cuánto significa. Significa más que la primera vez. Es como la primera vez. Me siento bendecido. Ahí está mi padre, que me ha empujado”, reconoció ayer un emocionado Hamilton en el podio.