PARÍS. Será la sexta edición que el rally por etapas más duro y famoso del mundo salga y acabe en el mismo punto, según los organizadores, que hoy desvelaron en París el recorrido de las 14 etapas, además del emplazamiento de la jornada de reposo en Iquique.
El rally ya comenzó y acabó en Buenos Aires en las tres primeras ediciones que se celebraron en América Latina (2009, 2010 y 2011).
En búsqueda siempre del espíritu de aventura que comenzó en África, los organizadores del rally han buscado endurecer la edición del año próximo, con más kilómetros llamados "maratón", en los que los participantes no tienen derecho a asistencia técnica y mecánica externa.
Por vez primera desde 2005, el 11 de enero las tres categorías, motos, coches y camiones, disputarán una etapa maratón de forma consecutiva, aunque en escenarios diferentes.
Normalmente, cuando una categoría disputa una maratón, las otras tienen derecho a asistencia.
"Es un nuevo reto", afirmó el director de la prueba, Etienne Lavigne, que destacó también el desafío organizativo que supone.
Porque a lo largo de esos días, motoristas, automovilistas y pilotos de camiones tomarán senderos diferentes, otro reto para los responsables del rally y otra aventura para los participantes, que no podrán fijarse en las roderas que dejan en el terreno los competidores de las otras categorías.
El rally comenzará fuerte y, desde la primera etapa, los competidores tendrán que afrontar un duro recorrido entre Buenos Aires y Villa Carlos Paz, una rápida especial que destacará por el pilotaje.
"La novedad de esta edición es que apenas habrá tiempo de adaptación", indicó Lavigne.
Al día siguiente afrontarán la prueba más larga con llegada en San Juan, antes de bajar la intensidad camino de Chilecito por sus pistas de tierra roja.
El rally jalonará los Andes antes de pasar a Chile por el paso de San Francisco, a 4.800 metros de altura, y llegar al temible desierto de Atacama, cita con la arena, las dunas, la navegación extrema.
Tras dos etapas de adaptación al terreno, el rally endurecerá su terreno y el rally vivirá otra particularidad, puesto que los motoristas descansarán mientras los automovilistas afrontan una nueva etapa entre la chilena Iquique y la boliviana Uyuni, y los camiones permanecerán en Chile en una jornada en la que los competidores sobre cuatro ruedas estarán privados de asistencia.
Al día siguiente, mientras las motos completarán el recorrido que la víspera hicieron los demás entre Iquique y Uyuni, los coches harán el camino inverso para regresar a Chile, donde seguirán los camiones.
Bolivia, que el año pasado albergó solo a las motos, suma este año los coches, aunque no los camiones.
"Hemos ganado en experiencia, pero era muy difícil acoger en Uyuni, a más de 3.600 metros de altura, a motos y coches al tiempo. Hay problemas de seguridad que hay que tener en cuenta", afirmó Lavigne.
La salida de Atacama se hará rumbo a Calama, donde de nuevo las dunas y la arena será la clave.
Al día siguiente, los motoristas vivirán su segunda etapa sin asistencia en apenas tres días, una dificultad extrema porque además se disputará sobre Salinas Grandes, a más de 3.600 metros de altitud, con las altísimas temperaturas que se esperan.
Un desafío mecánico y físico para los pilotos de dos ruedas, uno de los más duros que recuerda Lavigne desde que en 2009 el rally se instaló en Sudamérica.
El pilotaje y la velocidad volverán a mandar en el Dakar en las dos últimas jornadas, camino de Buenos Aires, donde la capital argentina saludará al campeón.