Las miradas de Innpala llevaban ya mucho tiempo posadas en Sylvain Brefel, zaguero de Toulouse, que estaba desempeñándose con absoluta suficiencia en el campo aficionado galo y mundial. Era, junto con Emiliano Skufca -argentino residente en Barcelona, campeón del Open Innternacional de 2012 junto a Pablo Fusto formando un dueto de campanillas-, uno de los palistas más deseados para cualquier hipotético debut. Durante dos cursos tuvo la invitación de la operadora para jugar el torneo mixto programado en la antesala del verano del leño, sin obtener grandes resultados clasificatorios, pero con buenas sensaciones. De hecho, ya en diciembre de 2012, apenas unos meses después de que echara a andar la nueva empresa palista, Sylvain acudió al frontón Bizkaia de Bilbao para realizar una serie de entrenamientos de cara a una posible puesta de largo del francés. Así las cosas, después de dos cursos, Brefel debutó con Innpala el pasado 1 de noviembre, ya dentro de la Liga BBK de pala profesional, con triunfo junto a Erik Zubiri frente a Landeta-Imanol en Armintza. Estreno dulce para un zaguero que acumula en el campo aficionado cinco campeonatos de Francia sub’22 (2001, 2002, 2003, 2004 y 2005), otros cinco de pala corta absoluto (2006, 2007, 2009, 2010 y 2012), un campeonato del mundo de pala corta sub’22 (2004), otro de paleta cuero en trinkete (2005), dos de pala corta (2006 y 2010), un subcampeonato (2014) y una copa del mundo (2011). Palabras mayores.
Confiesa el guardaespaldas de Toulouse que “veo esta nueva etapa como profesional como una circunstancia muy buena para mí. Quiero estar aquí jugando con los mejores”. Era el siguiente paso que tenía que dar, tal y como afirma Brefel, tras llenar todas sus vitrinas de premios entre los aficionados punteros. “Será una experiencia muy buena. He ganado el campeonato de Francia, el campeonato del mundo y me falta una experiencia como esta en profesionales. Tengo 30 años y es el momento de empezar, porque sino se me echa el tiempo encima”, declara el magnífico palista francés, quien se define como “un zaguero con dos buenas manos. Puedo jugar con la derecha y con la zurda. No sé si con mucha fuerza, pero sí que lo hago con cabeza. Ese es mi punto fuerte”.
Aunque, al cambiar de escenario, se transforman algunas cosas de su juego. De este modo, el salto implica solo disponer de un saque. “Quizás sea mi punto negativo. Me puede costar adaptarme, pero es uno de los aspectos del juego que quiero trabajar”, sostiene Brefel. No así se le hace tan distinto el cambio de la pala corta a la pala. “Ya jugué el Open Innternacional el año pasado y estuvo bien. Entre las dos disciplinas hay algunas pequeñas diferencias. Por ejemplo, el peso de la pala. Me tocará hacer un poco de gimnasio para aguantar mejor”, analiza Sylvain, cuyo andamiaje es potente: mide 1,79 metros y pesa 86 kilogramos. Para empezar, le toca mezclarse con Erik Zubiri, que en Reyes cumple un año como profesional. “Somos complementarios”.
cuatro horas de coche El hándicap con el que contaba Brefel era que vive en Toulouse, a cuatro horas en coche de Bilbao, pero al zaguero eso no le importa. “No me importa hacer tantos kilómetros para jugar contra buenos contrincantes y hacer un buen partido”, manifiesta y apostilla sonriendo que “la vuelta quizás se hace un poco más difícil”.