Bilbao - Joseba Ezkurdia será el primer adversario de la sorpresa del presente Cuatro y Medio, Mikel Olaetxea. Confiesa el delantero que ahora juega en “otra liga”, pero deja algún resquicio a los sustos. Aunque Aimar Olaizola y Oinatz Bengoetxea esperen en el horizonte.
Ha llegado a los cuartos de final del Cuatro y Medio tras empezar desde la primera fase del torneo, ¿cómo se siente?
-Estoy con ilusión, como en una nube. Es un sueño hecho realidad. Estoy contento, con confianza y a ver qué sale ahora. Estoy tranquilo y los objetivos están cumplidos.
Comenta que ya están las metas alcanzadas, pero ¿era uno de sus objetivos la liguilla de cuartos de final cuando tenía que empezar desde abajo?
-El objetivo era ganarle a Lemuno y entrar en el campeonato. Antes de empezar me comentaron para entrar en Segunda, pero Pablo Berasaluze no pudo jugar porque no está recuperado y me pusieron a mí contra Lemuno. El objetivo era ganarle y entrar en el campeonato. Después de haber hecho eso he estado más a gusto, con mayor confianza y las cosas me han salido mucho mejor que en mis mejores sueños.
En Agurain señaló que no se había encontrado a gusto y que, a pesar del triunfo, había tenido malas sensaciones.
-La verdad es que aquel partido fue una locura. Yo no jugué nada cómodo. Por los nervios estaba bloqueado. También tenía presión porque quería ganar el partido. En verano jugamos en el Cuatro y Medio y solo gané una vez. En ese aspecto, el duelo de Agurain fue muy importante para mí. Contra Jaunarena estuve más tranquilo y contra Barriola ya anduve más cómodo en la cancha. Cuando le daba él, yo estaba sufriendo y físicamente acabé cansado, pero mentalmente estuve tranquilo, disfrutando y siendo consciente de que estaba jugando contra Abel y dándole guerra.
Es decir, que el cambio de mentalidad ha sido brutal desde el primer encuentro hasta ahora, ¿no?
-Sin duda. Mentalmente el cambio ha sido grande. Luego, jugando, tengo que ser consciente de que Abel me regaló cuatro saques y que iba a sacar de manera distinta y que, además, jugando se vio que había diferencia en el golpe. Un poco de suerte he tenido. Jaunarena también me contó que no se había encontrado nada a gusto. Quizás fueron las misma sensaciones que tuve yo contra Lemuno. Hay que valorar que mi juego tampoco ha sido brillante. Yo he sabido aprovechar los problemas de los rivales. Hay un nivel altísimo y yo suelo estar por debajo de ese nivel.
La suerte es de los audaces, dicen.
-Me ha salido todo bien, sí. Ya dije que al pasar contra Jaunarena ya jugaba otra liga, son palabras mayores. Jugamos contra gente con experiencia, que le da velocidad a la pelota y que siempre está ahí. Para mí, esto es muy grande. Entrar en la liguilla también es una cosa enorme. Estoy todavía soñando y con un poco de miedo, porque los que están me pueden ganar fácil.
Se ha ganado el billete para soñar, ¿no cree?
-Eso sí. Estoy soñando. Esta semana vas a los entrenamientos con otras ganas, otra intensidad. Hacía unos años que no encontraba esa motivación extra y ahora la estoy disfrutando.
Se enfrenta a Ezkurdia el viernes en Elizondo, ¿qué espera?
-El viernes pasado jugó contra Lasa y me dijeron que las pelotas eran un poco vivas, pero que le dio una barbaridad. Además, está acertando con el remate y será un partido muy complicado.
¿Qué me dice del resto del grupo: Aimar y Oinatz?
-No sé qué decirle. Contra Bengoetxea jugué hace tres años en el Cuatro y Medio y creo que me dejó en cinco. Y contra Aimar nunca he jugado, pero tiene siete txapelas.
¡A dar un susto!
-A ver si vienen tranquilos (risas).
Por lo menos, usted llegará más rodado.
-Por ejemplo, a Abel el domingo sí que se le notó eso. Tenía toda la presión del primer partido y eso cuesta. En ese aspecto, vengo rodado, con experiencia y tengo un plus.
¿Ha cambiado preparación para este Cuatro y Medio?
-No. Para nada. Continuamos haciendo lo mismo. Sigo entrenando con Etor Mendia y él sí que nos adapta la preparación, con más sprints, más salidas y así, pero no hay demasiadas diferencias.