Bilbao - Le llamaron treintaydosavos de final por no decirle previa y porque tenían que darle el lustre del Cuatro y Medio. Le pusieron el nombre y a cuatro pelotaris en la picota: Aritz Lasa, Aitor Mendizabal, Mikel Olaetxea y Stephane Lemuno. Morir o matar. Cosas del duelo a cara de perro. El de Urretxu siempre ha sido uno de los protagonistas de la distancia, aunque la suerte le había abandonado en dos previas consecutivas para olvidar, que le dejaron varado de la parrilla de salida, fuera de todo foco, aislado. No tuvo suerte Lasa en sus enfrentamientos ante Mikel Idoate y Aitor Mendizabal. Sin embargo, le dio la vuelta. Alto, poderoso y hábil, Aritz se mece entre el saque-remate y la velocidad de una zurda de campanillas. Historia similar a la trazada por Mikel Olaetxea. El lizartzarra nunca había terminado de encontrarse en la jaula de Primera aunque condiciones tiene de sobra para jugar en ella: es hábil, rematador y sabe de qué va la película. Hasta este curso solamente había ganado un partido oficial, contra Patxi Ruiz en 2011. Hace un mundo. Pero la novedad viene de atrás, con Zabaleta y Jaunarena en la cuneta, aspiran a algo grande, al camino de Ekaitz Saralegi el curso pasado. Del cimiento, al cielo.

“Los que vienen son gente que suele jugar estelares y son nombres grandes”, dice Olaetxea. Derrotó a Lemuno con dificultades y dudas y las sensaciones no fueron buenas a la hora de afrontar un envite ante Jon Jaunarena, llamado a marcar su guion en la especialidad. Pero desdibujado, Olaetxea le tumbó, desde el 17-19 al 22-19. “Nunca he sido muy buen sacador. La botaba bien, le metía bien la pelota y me encontraba a gusto”, revela y analiza que “mi hermano también estuvo ahí animándome en la silla. Son momentos en los que puedes irte del partido y se escapa sin darte cuenta. Seguí jugando y estoy muy contento”. La visión del lizartzarra es observar su nueva posición como “un gran premio. Lo afrontaremos como una final. Con mucha ilusión, por lo menos”. Se enfrentará a Abel Barriola el domingo en el Astelena de Eibar. “A ver si le apuramos un poco”, confiesa. En su única clasificación a octavos del Cuatro y Medio de Primera se vio las caras con otro de Leitza, Oinatz Bengoetxea, que le dejó en diez en Iruñea. “La liguilla de cuartos está muy lejos. Ahí hay otro nivel y yo nunca podré estar ahí. A ver si Abel viene un poco nervioso y podemos ganarle”, sostiene Olaetxea.

Confesaba Aritz Lasa cuando venció a Mendizabal III que se había quitado un peso de encima y que Zabaleta era otro. El urretxuarra, con el fin del contrato a la vuelta de la esquina, en diciembre, quería quitarse la espina de los cursos anteriores. Y es que, Lasa desde que debutó en la jaula de Primera había alcanzado los octavos, hasta que en 2012 recibió el revés en la previa. Con su victoria ante Zabaleta vuelve por sus fueros y se erige protagonista. Ezkurdia le espera. Es un peligro.