Vitoria - “No quiero decir nada más. Nada más. Lo que he visto en ese momento no lo voy a olvidar en la vida. Creo que la situación es crítica”. Adrian Sutil apenas podía trenzar palabras. Su voz, temblorosa, tartamuda, era el testimonio de la fatalidad. El alemán acababa de ver el estado de Jules Bianchi después de que el francés se estrellara contra la grúa que evacuaba el monoplaza de un Sutil accidentado previamente. Un percance que hace temer por su vida. “Vi todo, estaba allí de pie, pero no quiero dar detalles”, dijo Sutil, consternado.

La proximidad del tifón Phanfone obligó a disputar el Gran Premio de Japón en unas condiciones pésimas que hicieron que la salida se tomara en dos ocasiones con todos los coches detrás del coche de seguridad. Producto de este complicado contexto, el ‘safety car’ accedería a pista una tercera vez y la carrera se daría por concluida antes de ver la bandera de cuadros, antes de alcanzar las 53 vueltas pactadas al circuito de Suzuka, tras la aparición de la bandera roja -vuelta 46-, que detenía por cuarta vez una carrera que entonces se daba por finalizada al superarse el 75% de las vueltas previstas para la prueba. Esa tercera incursión del coche de seguridad se propició por el accidente de Sutil, en el giro 44. El alemán perdía el control de su Sauber y se estrellaba contra las protecciones de la curva 7. Para retirar el coche del césped se adentró una grúa. Las banderas amarillas ondeaban para alertar de un incidente en la citada curva. Sin embargo, a pesar de la advertencia, Bianchi se escapó de la trazada en ese mismo punto que Sutil, y el Marussia impactó contra la grúa de asistencia, la que trataba de retirar el coche de Sutil. La ausencia de imágenes, de tomas televisivas que ilustrasen e informasen de lo acontecido, ninguna repetición del suceso, daban cuenta del alcance de la situación. La organización prefería la discreción, la prudencia. El equipo Marussia informaba de que no había tenido comunicación con su piloto. “Hice un aquaplanning en esa curva, me quedé ahí y una vuelta después se estrelló Bianchi con las banderas amarillas. Tuvo el mismo problema que yo y el mismo accidente pero con distinto resultado”, describió Sutil, quien añadió: “Igual deberíamos haber parado la carrera un poco antes”.

Trágico desenlace El coche de seguridad, que bien podría haber aparecido tras el choque de Sutil, lo cual quizás hubiera evitado la tragedia -con la grúa dentro del circuito el protocolo de seguridad quedaba cuestionado-, salió a pista tras el grave incidente de Bianchi, a quien atendían para tratar de estabilizarse en el mismo lugar del accidente, poco más de medio minuto después de sucederse. A pesar de que había disponible un helicóptero para trasladar al inconsciente Bianchi a un centro médico, se le desplazó en una ambulancia que se dirigió al Hospital de Mie. En un principio, el responsable de prensa de la Federación Internacional del Automóvil, Matteo Bonciani, informó de que no se había empleado el helicóptero porque no podía volar ante tales condiciones climatológicas. Si bien, luego se rectificó para decir que se desplazó a Bianchi en ambulancia porque el trayecto hasta el centro médico no era excesivamente largo y en el vuelo el piloto debía soportar demasiada presión, lo cual podría ser contraproducente para su estado de gravedad.

La FIA, mediante Bonciani, emitió un parte oficial en el que se desarrolla lo sucedido: “En la vuelta 42 (el alemán) Adrian Sutil (Sauber) perdió el control de su coche, efectuó un trompo y chocó contra la barrera de neumáticos en la salida de la curva 7. Los comisarios desplegaron dobles banderas amarillas antes de la curva para advertir a los pilotos del incidente. Un vehículo de recuperación fue enviado para levantar el coche y trasladarlo a un sitio seguro, detrás del guardarraíl. Mientras esto sucedía, el piloto del coche 17, Jules Bianchi, perdió el control de su monoplaza, se salió por la escapatoria y golpeó la parte trasera del tractor. Una vez que los comisarios advirtieron de que el piloto estaba herido, fueron desplegados equipos médicos y entró en pista el coche de seguridad. A esto siguió el envío de un equipo de extricación y una ambulancia. El piloto fue sacado de su coche, trasladado al centro médico del circuito y, posteriormente, en ambulancia, al Hospital general de Mie. El escáner muestra que sufre importantes lesiones en la cabeza y en estos momentos -sobre el mediodía de ayer- está siendo operado. A continuación será trasladado a la unidad de cuidados intensivos, donde será monitorizado”. Información del estado de Bianchi que corroboró el padre del piloto nacido en Niza, que se encontraba ante su 34ª carrera en la Fórmula 1. Hasta hoy no habrá novedades. Bianchi, de 25 años y ante un porvenir en el que las especulaciones le colocaban en la órbita de Ferrari para gozar de un volante en la escudería italiana, permanece en “estado crítico” y “sin respiración asistida” luchando por salvar su vida.