lA Copa del Mundo de Suiza en 1954 fue un homenaje al gol. Nunca se han marcado tantos como en aquella edición en la que hubo marcadores de 9-0, 8-3, 7-1, 4-4 o 6-1 y que dejó, posiblemente para siempre, el partido con más tantos de la historia de los Mundiales. Los anfitriones se enfrentaban en cuartos de final a Austria, una selección de gran nivel entonces, caracterizada por su fortaleza física. En contra de lo esperado en un país bucólico como Suiza, un fortísimo calor, cercano a los 40 grados, cayó aquella tarde sobre Lausana por lo que los dos equipos tardaron en adaptarse. Pero al cuarto de hora se desencadenó la tormenta de goles.

Suiza marcó tres en apenas cinco minutos para contradecir los pronósticos y poner en pie a un estadio que asistía atónito a un espectáculo increíble. De repente, algo cambió el signo del duelo. El portero suizo Parlier y el central Neury sufrieron sendos golpes de calor y se vieron afectados y limitados el resto del partido. Los austriacos, dirigidos por su capitán Ocwirk, se lanzaron al ataque y lograron cinco goles en apenas nueve minutos gracias a sus buenas combinaciones y a su despliegue físico. En pleno desenfreno, Suiza tiró de orgullo y recortó las distancias antes del descanso. Los porteros poco pudieron hacer ante la efectividad de los rematadores y varios de los tantos llegaron con disparos bien dirigidos desde fuera del área.

Lógicamente, en la segunda parte bajó el ritmo, pero los aficionados se sintieron orgullosos de su equipo, formado por jugadores no profesionales, ya que esa condición estaba prohibida en Suiza, y que llegó al Mundial con solo seis triunfos en los cuatro años anteriores para batallar en inferioridad. Además, los helvéticos habían tenido que jugar un partido de repesca en la primera fase para dejar fuera a Italia.

En medio de la sucesión de remates y goles, hubo lugar para la polémica con el sexto de Austria, que provocó una invasión de campo de los espectadores. Recobrada la calma, la selección visitante controló, más o menos, el choque en su parte final. "En los últimos minutos todos los jugadores se mostraron cansados y el juego perdió calidad y ya no hubo variaciones", concluía la crónica de ABC.

No fue fácil llevar la cuenta en aquella borrachera de goles, nada menos que uno cada cinco minutos. Que se lo digan al meta suizo Parlier, que no se enteró de mucho tras su insolación. En el vestuario, después del partido, tuvo que preguntar cuál había sido el resultado final.

AUSTRIA: Schmied, Happel, Hanappi, Barschandt, Koller, Ocwirk, A. Korner, R. Korner, Probst, Wagner, Stojaspal.

SUIZA: Parlier, Bocquet, Neury, Eggimann, Casali, Kernen, Antenen, Vonlanthen, Fatton, Ballaman, Hügi..

Goles: 0-1: Min. 16; Ballaman. 0-2: Min. 17; Hügi. 0-3: Min. 19; Hügi. 1-3: Min. 25; Wagner. 2-3: Min. 26: Korner. 3-3: Min. 27: Wagner. 4-3: Min. 32; Ocwirk. 5-3: Min. 34; Korner. 5-4: Min. 39; Ballaman. 6-4: Min. 53; Wagner. 6-5: Min. 58; Hügi. 7-5: Min. 76; Probst.

Árbitro: Charles Edward Faultless (Escocia).

Incidencias: 26 de junio de 1954. Partido de cuartos de final jugado en el Stade de La Pontaise de Lausana.