RÍO DE JANEIRO. El funcionario agregó que las inversiones realizadas en equipos de seguridad para el torneo y las sinergias creadas entre el Ministerio de Defensa, el de Justicia y las policías de los diferentes estados de Brasil serán "un legado (del Mundial) para el país".
El jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas brasileñas, José Carlos de Nardi, afirmó en la misma rueda de prensa que el país está listo para atender cualquier tipo de problema de seguridad, incluso las amenazas generadas por posibles protestas contra el Mundial que puedan dirigirse contra los estadios o contra los medios de transporte de los aficionados hacia los partidos.
"El gran objetivo es que no pase nada en los estadios", dijo el militar al referirse al papel de las "fuerzas de contingencia" que estarán en las cercanías de los estadios, preparadas para actuar en caso de emergencia y que no usarán armas letales.
Para que estas fuerzas entren en acción el gobernador del estado en cuestión tiene que trasladar una petición a la presidenta brasileña, Dilma Roussef, que será la que autorice la actuación de las mismas.
"Brasil está preparado para hacer frente a cualquier problema", aseguro Nardi, que destacó como un éxito y un logro para el país la integración entre las autoridades de Defensa y de Seguridad Pública, que contarán con el apoyo del Servicio de Inteligencia.
El operativo de seguridad para el Mundial de fútbol contará con 15 centros de control, doce de ellos en las ciudades sede de la competición y otros tres en ciudades escogidas por algunas selecciones para sus entrenamientos, con los que se garantizará la seguridad del transporte y de las comunicaciones.
El Gobierno brasileño ha realizado una inversión de 1.170 millones de reales (casi 532 millones de dólares) en seguridad pública y cercana a los 700 millones de reales (alrededor de 318 millones de dólares) en defensa.
El dispositivo de defensa contará con algo más de 180.000 efectivos pertenecientes al Ministerio de Defensa y a los organismos de seguridad pública y privada.
Según Nardi, además de las sinergias generadas entre el Ministerio de Defensa y el de Justicia, otro de los grandes legados que el Mundial dejará para el país son los equipos y la tecnología.
Las Fuerzas Armadas han adquirido equipamiento para luchar contra la guerra química. "Brasil casi no tenía equipamiento para luchar contra un ataque de estas características, ahora tenemos un equipo especializado", destacó el jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas.
En el acto informativo sobre el dispositivo de seguridad para el evento también estuvo presente Andre Pruis, consultor de seguridad de la FIFA para el Mundial y que también lo fue en Sudáfrica, que destacó que "el concepto de seguridad es excelente".
Pruis auguró "un descenso de la criminalidad después del Mundial" debido la nueva forma de trabajar de las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado brasileño.
En cuanto a los consejos de seguridad para los turistas que acudan a Brasil para asistir a los partidos, Andrei Rodrigues indicó que "son los mismos que para cualquier otro país en el cual se organice un evento con una afluencia masiva de gente".