BILBAO. "Podíamos haber alcanzado la cumbre, pero aspirábamos a mucho, a querer hacer la primera travesía integrada en la montaña y quizás fue la ambición la que nos pudo. Íbamos muy cargados y al final nos dimos la vuelta a 8.450 (metros), muy altos", ha recordado Txikon a su regreso, hoy en el aeropuerto de Bilbao.

"Vengo un poquito tocado. Han sido tres días muy, muy duros en el ataque a la cumbre", ha explicado el de Lemoa, que dio por concluida su expedición al Kangchenjunga tras quedarse a solo unos cien metros de la cumbre en un primer intento y no llevar a cabo un segundo intento por unas congelaciones en un dedo.

Txikon ha relatado que "el ataque ha cumbre fue muy duro", ya que salieron "desde el Campo 1 al Campo Base, que estaba muy alejado", y que eso les obligó a estar "dos jornadas completas escalando más de 14 horas sin apenas tiempo para descansar".

"En una montaña tan alta como es el Kanchenjunga y en la vertiente norte no se puede perdonar. La vertiente norte es muy vertical, estaba completamente en hielo cristal y tuvimos que emplearnos a fondo porque las condiciones eran muy duras y la montaña estaba muy peligrosa", ha continuado.

Txikon ha reconocido que él y sus compañeros sabían "que intentar la cumbre no era lo recomendable", pero ha recordado que en su primer intento había "un buen parte" meteorológico y ya estaban "muy altos" en la montaña.

El montañero vasco también ha desvelado porqué no repitieron el ataque: "cuando uno llega a 8.450 (metros) y son las cuatro de la tarde te toca o hacer un vivac allí o darte la vuelta. Y creo que hicimos lo correcto", ha señalado.

Además, las congelaciones que sufría en el dedo pulgar del pie izquierdo "no mejoraron" con el paso del tiempo, a pesar de los cuidados a los que fue sometido los últimos días en el Campo Base.