MADRID. La hispano-venezolana firmó un sensacional partido no sólo para ganar a la campeona de 17 'Grand Slams' y ganadora el año pasado en París, sino también para endosarla una dura derrota por un doble 6-2 en poco más de una hora, algo a lo que la americana no está habituada.

Muguruza, 35 en el ranking mundial de la WTA, sólo se había enfrentado una vez en su carrera a la menor de las Williams, el año pasado en el Abierto de Australia, sufriendo una severa derrota (6-2, 6-0), que acertó a 'vengar', aliada con un tenis agresivo que incomodó a su rival, siempre más 'accesible' sobre tierra batida, quizás la superficie donde no es tan demoledora con su tenis.

Serena Williams nunca encontró su poderoso juego en la Suzanne Lenglen, con el aire jugando un papel clave, tanto como el tenis de nivel de la natural de Caracas, que con su 'drive' hizo mucho daño a la estadounidense, a la que nunca dejó imponer su juego. Sin su servicio, la número uno del mundo fue víctima de la ambición de la española, que rompió hasta en cinco ocasiones el saque de la americana.

Esta nunca entró en el partido, lastrada por sus continuos errores no forzados ante una Muguruza muy bien asentada en la pista y que nunca perdió la compostura, ni siquiera cuando servía para cerrar el partido. La pupila de Alejo Mancisidor demostró las cualidades que la sitúan entre las mejores y que ya dejó entrever en Australia donde alcanzó los octavos.

La hispano-venezolana saltó muy concentrada y con un tenis más sólido y manteniendo a raya a Williams se plantó con dos roturas a favor en la primera manga. La americana no pudo encontrar la forma de romper el saque de su rival y se vio abajo en el partido.

Los espectadores de la Suzanne Lenglen esperaban la habitual reacción furibunda de la campeona de 2013, pero Muguruza no la dejó ni aparecer, con otros dos 'breaks' que la situaron 3-0 por delante. Serena Williams reaccionó para lograr su primera rotura, pero al contrario de tranquilizarse, su nerviosismo le hizo entregar un saque más en blanco.

La de Caracas no desaprovechó la puerta que había quedado totalmente abierta y se metió de lleno en la tercera ronda en París, su mejor resultado, donde se medirá con la joven eslovaca Anna Schmiedlova, de 20 años como ella y que, curiosamente, poco antes de que se iniciase su partido había eliminado en la Philippe Chatrier a la otra Williams, una Venus lejos de su mejor nivel.