Vitoria - Han transcurrido ya varios días desde que pudieron tocarlos por vez primera pero continúan acariciando con el mismo mimo los trofeos que acreditan su histórico ascenso a la Divión de Honor Plata de balonmano femenino. En sus pupilas permanece el brillo de felicidad irrefrenable que inundó sus ojos cuando el pasado sábado los colegiados dieron por finalizado su encuentro frente al Valsequillo canario y el triunfo que reflejaba el marcador (29-32) suponía la consecución de un sueño que, a la mayoría, ni siquiera se les había pasado por la cabeza unos meses atrás, cuando arrancó la temporada. Son las integrantes del IES Construcción-Cafetería Manaos, el equipo senior del Eharialdea, que llevan desde el fin de semana anterior instaladas en una nube de la que no desean bajarse en mucho tiempo.

Mientras repasan en la redacción de DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA -antes de recibir la Medalla de Plata de la Diputación en el Palacio de la Provoncia- las páginas que han recogido sus recientes gestas, no pueden evitar que de sus labios se escapen todavía algunas expresiones de incredulidad. "¡Qué pasada!, No me lo creo, casi, ¡Vaya nervios!", recuerdan entre risas.

Unos momentos de incertidumbre que todas dan por buenos una vez alcanzado un objetivo que ningún otro equipo alavés (ni masculino ni femenino) había logrado hasta la fecha. Claro que en estos tiempos de sempiterna crisis la sombra de la incertidumbre económica también amenaza desgraciadamente el futuro de estas jóvenes que aspiran a ser el relevo -o cuando menos crear el caldo de cultivo idóneo para que éste se pueda producir- de las hermanas Pinedo o Patricia Elorza. "Nosotros hemos cumplido en la pista y hemos hecho nuestra parte, ahora esperemos que el club encuentre apoyos para que podamos salir la próxima temporada en División de Honor y no tengamos que renunciar al ascenso", apuntan.

Precisamente ese fue sin duda uno de los temas que trataron de poner sobre la mesa en el recibimiento que les concedió la Diputación tras abandonar la redacción de DNA. "Creo que para felicitarnos nos va a regalar un talón. Si no trae uno en la mano nos encerramos allí hasta que nos lo firme", bromea entre risas el presidente, Félix Elorza (padre de Patricia, medallista olímpica y vencedora de Liga, Copa y Supercopa con el Bera Bera).

Pero dejando a un lado los asuntos monetarios, en los que poco o nada pueden intervenir salvo para reclamar a carcajadas "la prima del ascenso" y un "aumento de sueldo" para el próximo curso, esta nueva camada de guerreras aspira a seguir haciendo bandera en la provincia de un deporte muchas veces maltratado pero que una y otra vez responde con buenos resultados.

Para ello, no escatiman esfuerzos y el último ejemplo tuvo lugar el pasado fin de semana. Tras imponerse a Oberena y Valsequillo y proclamarse en la tarde del sábado campeonas del grupo D de la fase de ascenso, todos los integrantes del Eharialdea desplazados a Sabadell se dispusieron a celebrar como se merecía un gesta de semejante calibre. Sin partido que disputar al día siguiente, a la cena de rigor le siguió la obligada salida nocturna. Sin embargo, no todas pudieron disfrutar de este premio.

"Había que salir a celebrarlo pero estuvimos tranquilitos. Además, varias de las chicas tuvieron que quedarse en el hotel estudiando porque tenían exámenes esta semana así que fíjate si se esfuerzan", ensalza el técnico, Iñaki Santamaría. Junto a su ayudante, Alberto Andrés, ha conducido al grupo hasta el ascenso y piensa ya en lo que le espera en el futuro inmediato. "Vamos a ir despacio. De momento a disfrutar de esto y luego ya veremos pero sabiendo que es una categoría con mucho nivel en la que en la mayoría de los equipos las jugadoras son como mínimo semiprofesionales. Por lo menos, trataremos de plantarles cara con nuestras armas", apunta.

Por ganas desde luego no va a quedar y es que si algo caracteriza a este grupo de leonas es la máxima ilusión con la afrontan cada desafío y la voluntad de hierro que ponen en el empeño. Con la triki de Kepa Junkera como banda sonora talismán, seguro que continúan dando muchas alegrías al balonmano alavés. El Ehari, es así.