El Baskonia tiene que adaptarse a los nuevos tiempos que le están tocando vivir. En Vitoria, la comparación inmediata con los tiempos de las Final Four de la Euroliga, con las ligas conseguidas en la época de Dusko Ivanovic, con los fichajes de relumbrón que le hacían ser tan competitivos como el Barça o el Madrid, con la manera de optimizar recursos de Querejeta, con la mezcla de jugadores de la cantera de élite (Calderón, Nocioni, Scola, Splitter...) o con el fichaje de jugadores de enorme personalidad (Bennett, Perasovic, Tomasevic...) está afectando a la hora de gestionar y de buscar un perfil diferente de jugadores. Deberían hacer un análisis profundo de la estrategia que como club quieren seguir. Hoy en día, da lo mismo el perfil del técnico que se siente en el banquillo. Existe un problema estructural que por muy buenas que sean las intenciones del entrenador jefe son muy difíciles de llevar a cabo. Es necesario pensar si con este modelo de contratación se puede seguir en un futuro cercano o, por el contrario, hay que buscar un nuevo formato. Hay que definir si el jugador nacional tiene cabida en la política de club o no. Si jugadores extranjeros de nivel medio son más interesantes que jugadores nacionales. Este año han sido bastantes los jugadores nacionales que hemos podido ver en el Buesa Arena con un rendimiento mucho mayor que otros que tiene el Laboral Kutxa de otras nacionalidades. Creo que ya es momento de olvidarse de los tiempos dorados, porque no nos dejan ver la luz. Ese modelo funcionó en otro momento muy diferente al actual. El Baskonia podía captar jugadores en mercados donde otros todavía no habían metido las narices. Eso les dio una ventaja sobre los demás e incluso les hizo tomar la delantera. Pero eso ya no existe. Ahora los más poderosos tienen la sartén por el mango y el Baskonia debe mentalizarse que ya no puede competir económicamente con los más grandes como lo hacía antes. Yo estoy a favor de que el club sea el que dirija el camino a seguir y bajo ese prisma actúe en consecuencia. Lo que no puede ser es que el entrenador al que se le ponga al mando de su proyecto no tenga poder de decisión, sobre todo en los fichajes estratégicos. Actualmente, todos los equipos tienen una secretaría técnica que se encarga de hacer un scouting de jugadores que puedan interesar al club. En muy pocos sitios, el entrenador asume el papel de manager ejerciendo las dos funciones. Algo que en el fútbol británico, en algunos casos, sí ocurre. Yo no me decanto por ninguno de los dos modelos. Ambos tendrán sus pros y sus contras. Pero en el caso del primero, se me hace fundamental que haya un gran entendimiento entre lo que necesita el entrenador (características de los jugadores) y el perfil de jugador que el director deportivo (cabeza visible del club en ese tema) quiere para su club. Si no hay química ni un entendimiento del modelo baloncestístico, seguro que el fracaso está garantizado porque cada uno defenderá su parcela y sus intereses. Es momento de dejar de proteger algunos fichajes que no están aportando nada. Es momento de asumir errores de contratación. Es momento del cambio de rumbo. No pasa nada. Vitoria no va a ser el primero ni el último lugar donde se tenga que empezar una nueva línea de actuación para mejorar. Esta crisis estructural y deportiva también la han sufrido en otras épocas el Madrid, el Barca, el Valencia, el Unicaja, el Joventut, etc... Por eso, lo importante es asumirlo y empezar cuanto antes en la búsqueda de las nuevas directrices. Y uno de los nuevos objetivos del club deberá ser el hecho de intentar volver a ilusionar a la afición, algo que en los últimos tiempos ha sufrido un deterioro. Otro reside en volver a recuperar el status en Europa para que no peligre la licencia A.