bilbao - Abel Barriola transmitía en sus declaraciones tras el partido la misma emoción que había expuesto en la cancha nada más concluir el choque, cuando se derrumbó primero, se abrazó con todo el mundo que acudió a felicitarle después y también soltó alguna lágrima. La victoria del zaguero de Leitza era algo más que un triunfo importante, una txapela al fin y al cabo, sino la culminación también a una carrera.

"Es una satisfacción enorme, tengo 35 años -cumplirá 36 este mismo mes-, he tenido lesiones que me han influido en la carrera, hace tres años llegas a la final y no la puedes jugar... Entonces, esta txapela es para mí el fruto de muchos años de trabajo y de esfuerzo. Es una satisfacción y una tranquilidad muy grande", expresó.

"Pasan los años, pasan los campeonatos, tus condiciones van siendo menores y tienes dudas de si vas a poder llegar o no", añadió también un emocionado Barriola.

El pelotari de Leitza indicó que para lograr el triunfo "la clave ha sido que nos hemos sabido manejar bien en las situaciones difíciles. Juan, a pesar de no tener al 100% la izquierda, ha sacado a relucir otras virtudes", pero regresó de nuevo al lado emotivo de sus manifestaciones insistiendo en lo que hay de colofón para su carrera el sumar txapelas en tres de los grandes torneos -la de ayer se unió al Manomanista (2002) y al Cuatro y Medio (2001)-.

"Es el trabajo de toda una carrera y el trabajo de muchos años plasmado en una victoria", recalcó revalorizando el triunfo de ayer.

"En el deporte trabajas muy duro y muy fuerte durante mucho tiempo y a lo mejor no llega el triunfo, una txapela, un campeonato", prosiguió. "He tenido la suerte de tener los tres campeonatos y es una satisfacción y una tranquilidad muy grande. Siento que estoy en paz con la pelota, no tengo ninguna deuda, estoy en paz porque he tenido premio. Si mañana acabase mi carrera, estaría satisfechísimo con lo que he hecho", sentenció el zaguero navarro.

Barriola tuvo también palabras de recuerdo para sus amigos y familiares, "que siempre están conmigo y me apoyan en todo momento", y no quiso olvidarse en estos momentos de satisfacción y gloria de Mikel Olazabal, un joven pelotari de Areso que ha tenido que dejar el primer plano profesional.