Donostia - La Real Sociedad logró una sufrida victoria ante un buen Espanyol, en un partido que resolvió el mexicano Carlos Vela en el último minuto, cuando el encuentro parecía abocado al empate.

El equipo local jugaba sin el sancionado Griezmann, el faro que alumbra su ataque y máximo goleador de la Real esta temporada, pero no se notó en exceso la ausencia de la estrella francesa en la primera mitad porque las novedades que introdujo Jagoba Arrasate y el buen juego de Sergio Canales compensaron el fútbol ofensivo guipuzcoano.

El Espanyol de Javier Aguirre quiso hacer un partido de desgaste, bien asentado atrás y con una especial vigilancia sobre Vela, dejó espacios que aprovecharon hombres como Rubén Pardo, que tuvo una gran oportunidad para abrir el marcador en el minuto 6 en una acción de talento que no tuvo buena finalización.

Víctor Sánchez, con un duro disparo desde fuera del área, les recordó a los donostiarras que no podían descuidarse ni un solo momento.

Minutos después, el colombiano Jhon Córdoba le robó un balón a Mikel y se escapó hacia la portería de Claudio Bravo rodeado de seis jugadores blanquiazules, a los que ganó la partida para marcar duro y raso.

La Real se jugaba mucho y no parecía dispuesta a dejar pasar la ocasión de seguir sumando en Anoeta a pesar del buen juego y la ventaja de los catalanes y en el 32, Canales, el mejor de su equipo, logró un gran gol con su zurda ayudado por el desvío involuntario de un jugador del Espanyol que despistó a Casilla.

No le sentó bien el parón del descanso a los guipuzcoanos, que se quedaron sin las ideas que habían marcado su juego en la primera mitad y nuevamente el Espanyol volvió a llegar al feudo de Bravo, aunque sin importunarle demasiado.

Aparecieron los primeros pitidos en Anoeta hacia un equipo que no encontraba la vía de acceso al área de Kiko Casilla, el partido se volvió vulgar y el resultado dependía de una ruleta rusa, porque ni uno ni otro equipo dominaban el encuentro.

Sergio García en una contra tuvo la mejor oportunidad para el equipo de Cornellá, con Bravo muy avispado para detener su duro disparo a un cuarto de hora para el final del choque. Anoeta miraba el reloj ya que veía cerca el segundo del Espanyol. Así, llegó la gran acción individual de Vela y su gol. - Efe