madrid - El suizo Fabian Cancellara (Trek) partirá como indiscutible favorito en la 112ª edición de la París-Roubaix, el monumento del adoquinado que dará el testigo a las clásicas de las Ardenas, una prueba que ilumina el palmarés del vencedor en el Infierno del norte. Tras su triunfo en el Tour de Flandes, Spartacus aspira a su cuarta victoria en el velódromo de Roubaix, lo que le igualaría con los triunfos de su principal rival, el belga Tom Boonen (Omega), a su vez igualado en el palmarés con su compatriota Roger De Vlaeminck, si bien el ciclista flamenco no parece estar al mismo nivel físico del suizo, quien ha preparado a conciencia sus citas de primavera.
Los grandes clasicómanos se citan en Compiegne para el trayecto de 256 kilómetros hasta Roubaix. Está en juego el tercer gran monumento de la temporada tras la Milán San Remo y el Tour de Flandes. En la Ronde no hubo duelo Cancellara-Boonen, pero el líder del Omega tiene una espina clavada, lo que le convierte en un león herido, luego doblemente peligroso para su gran adversario. El dúo partirá con los galones de favoritos, pero rivales no van a faltar, pues el premio del adoquín estimula a cualquiera. La nómina de candidatos se amplía con el belga Greg Van Avermaet (Belkin), los noruegos Alexander Kristoff (Katusha), ganador de la San Remo, y Edvald Boasson Hagen (Sky) o el alemán John Degenkolb (Shimano), entre otros. En el trayecto espera un calvario para derrochar sudor y lágrimas, con 28 tramos de pavés, de los cuales tres serán de cinco estrellas: Trouée d' Arenberg, Mons-en-Pévèle y Le Carrefour de l'Arbre. - Efe