la Vuelta al País Vasco, el privilegio de calarse la txapela de vencedor y pasar a engrosar su lustroso palmarés, es cosa de 12 segundos. Los que separan a Alberto de Alejandro. Así, utilizando el nombre de pila, se refieren el uno al otro Contador y Valverde cuando se les cuestiona sobre su principal contrincante. Y se les ha cuestionado mucho, muchísimo, porque desde el primer día, desde que la subida a Gaintza confirmó que estaban un escalón por encima del resto, todo apunta a que el triunfo final será madrileño o murciano. Ninguno descarta al resto, a los Cadel Evans o Michal Kwiatkowski que amenazan, agazapados, con más de medio minuto de retraso acumulado, pero les vigilan con el rabillo del ojo. Su principal campo de visión se centra en su lucha particular. Alberto o Alejandro, ahí está el meollo del asunto.
Pegó primero el del Tinkoff con su renta de 14 segundos en la primera etapa, asestó un pequeño golpe psicológico el del Movistar el jueves en Arrate al arañarle dos segunditos y el resto del recorrido lo han completado siendo el uno la sombra del otro, aunque intentos de distanciamiento no han faltado, sobre todo por parte de Valverde, segundo en tres etapas y segundo también en la clasificación general, algo difícil de digerir para él, ganador de profesión. Ambos se respetan y se temen porque atraviesan un notable momento de forma, por lo que ninguno lanza las campanas al vuelo. Doce segundos pueden ser muchos o pocos en una crono de 25,9 kilómetros con dos pequeños altos (Gon-tzagaraigana y Santa Eufemia) incluidos en el recorrido. “Alejandro está en un estado de forma muy bueno y la contrarreloj se le adapta muy bien”, asegura Contador, líder de la carrera desde el primer día pero cauto por definición, hasta el punto de asegurar que “la carrera sigue todavía muy abierta”. “No quiero decir ni uno ni otro”, añade cuando se le cuestiona si teme más, pese a estar a 41 segundos en la general, a Michal Kwiatkowski, el joven prodigio del Omega Pharma y hombre peligrosísimo cuando de luchar contra las manecillas del reloj se trata (este año ha ganado cronos en Algarve y Tirreno): “Es un grandísimo especialista”, glosa al polaco, pero recalca que “Alejandro está muy bien”.
Por su parte, Valverde concede que “ahora mismo 12 segundos son bastantes, recortarle ese tiempo a Alberto va a ser complicado”, pero tira de optimismo al recordar que “la contrarreloj es bastante exigente”. “Lo hemos podido comprobar durante la etapa de hoy (por ayer, pues el recorrido estaba incluido en su perfil). Ya de salida, si pega el viento como ha ocurrido esta vez, va a ser de cara, mientras que de las dos ascensiones la primera no es tan dura, pero la segunda sí que es bastante exigente. La crono se puede decidir en cualquier momento. Para mí, termina arriba (en Santa Eufemia) porque la última bajada es todo recto y ahí no va a haber diferencias. La crono tiene 20 kilómetros”, apunta el murciano. Parecida opinión esgrime el madrileño, para el que el trazado “es típico de las contrarrelojes que suele haber en la Vuelta al País Vasco. Sí que es cierto que quizás los puertos no tienen tanta pendiente como los que hemos tenido alguna otra vez, pero es muy típica, con dos puertecitos. Se me adapta bastante bien este recorrido, pero vamos a ver cómo nos encontramos mañana (por hoy)”.
Valverde, en el túnel En lo referente a las etapas contra el crono disputadas en el presente curso, el enfrentamiento particular sonríe al corredor del Movistar, que cuenta con una victoria, en la prólogo de la Vuelta a Andalucía, por ninguna del de Tinkoff. Aquel día, Valverde quedó encantado no solo con su rendimiento, sino con las prestaciones de su nueva montura. “Yo fui el primer sorprendido, no solo por la victoria sino por las diferencias ante estos rivales en una crono tan corta ?en una crono de 7,3 kilómetros, aventajó en siete segundos al segundo clasificado, Tom Dumoulin (Giant-Shimano) y endosó 14 y 15 segundos respectivamente a los dos hombres fuertes del Sky, Bradley Wiggins y Richie Porte). Es cierto que ya había ganado el año pasado y a gente buena, pero el nivel que había este año, especialmente en contrarreloj, era muy alto. Era la primera crono que hacía con la nueva cabra y la verdad es que el estreno ha sido inmejorable. Estamos muy satisfechos de cómo funciona. No es por desmerecer a lo que teníamos, que ya era muy bueno, pero la adaptación a la bici de contrarreloj está siendo genial y estamos todos muy contentos”, reconocía.
Además, hace poco más de un mes, el murciano acudió junto a varios compañeros de equipo como Nairo Quintana, Beñat Intxausti, JonathanCastroviejo y Jon Izagirre a las punteras instalaciones que la escudería de Fórmula 1 Mercedes tiene en Silverstone para realizar diferentes pruebas aerodinámicas con el fin de mejorar su rendimiento en este tipo de etapas. “Era la primera vez que iba a unas instalaciones así y me quedé sorprendido por todos los medios con los que cuentan. Cualquier mínimo detalle es cada vez más importante y creo que esto puede ser una mejoría considerable. Hemos visto cuáles pueden ser los errores y, aunque luego lo importante es trasladarlo a la carretera, te sirve para mentalizarte de que mantener ciertos detalles puede hacerte ganar o perder muchos segundos, aunque se nota más en una crono de 40 o 50 kilómetros”, dijo en ese momento.
¿Cosa de dos? Valverde también emula el discurso de Contador cuando se le pregunta si la lucha por la general final de la Vuelta al País vasco es exclusivamente cosa de dos. “Ahora mismo la cosa está más entre los dos”, reconoce en un principio para apostillar acto después que “pero sí que creo que por detrás tenemos a corredores que nos pueden coger, gente como Kwiatkowski y Evans no están para nada fuera. Están en condiciones de luchar por la Vuelta porque la crono es muy exigente”. Ni Contador ni Valverde descartan que un Michal o un Cadel comparezca como invitado de última hora a la lucha de dos, pero todo apunta a que la Vuelta al País Vasco está entre Alberto y Alejandro. l