contra el Murcia de Marcelo Nicola vi a un Chapu al que le está costando tirar del carro. La temporada se le está haciendo larga y los esfuerzos a los que ha estado sometido puede que le estén pasando factura. Junto con Heurtel y San Emeterio, es el jugador más utilizado por Sergio Scariolo. Es tal el desgaste que incluso últimamente ni saca a relucir su arsenal de gestos para protestar a los árbitros. Nocioni está intentando superar psicológicamente la situación que le ha tocado vivir. Le está tocando liderar un equipo inexperto, con muchos altibajos y que en cuestión de horas es capaz de pasar de la excelencia baloncestística, como hizo contra el Fenerbahce, a la falta de concentración y a errores de lectura, como le sucedió en Murcia. No le está ayudando en demasía el bajón en el rendimiento de otro de los jugadores que con su experiencia estaba llamado a liderar, junto al argentino, a este grupo de chavales. Ese jugador no es otro que San Emeterio. Si nos fijamos en los números de Fernando, no podemos afirmar que sean malos. Se encuentra entre los cinco mejores anotadores del equipo; porcentajes aceptables de tiro; cuarto máximo reboteador del equipo; cuarto en valoración. Pero su juego ha perdido presencia y protagonismo. Hoy en día, su rendimiento es el de un actor secundario con galones de principal. En los minutos de la verdad o cuando el equipo pasa por momentos malos, como el que tuvo en Murcia, no aparece y su figura se difumina. Nocioni siempre se ha caracterizado por su pundonor y es el termómetro del equipo. Últimamente, los pares con los que ha tenido que lidiar lo han tenido más fácil. En esta ocasión, Romdhane se marchó a casa con la satisfacción de haber secado al argentino, pero la realidad es que si Nocioni física y mentalmente está bien, hay muy pocos jugadores que le puedan defender. Esperemos que por el bien del futuro cercano del Baskonia, el Chapu vuelva a recuperar esa chispa que le hace diferente y con la que marca las diferencias. En cuanto al equipo, he de decir que tuvo varios minutos de apagón que le penalizaron para el resto del encuentro. Los dos últimos minutos del primer cuarto y el inicio del segundo marcaron el camino del partido. Hubo una falta de tensión defensiva que supuso llegar tarde a las ayudas y a tener que utilizar más las manos que los pies para detener a los jugadores murcianos. También fue evidente la incapacidad para cerrar el rebote y una mala selección de tiro en ataque provocó que fueran siempre a remolque en el marcador. Una vez que el UCAM cogió una renta de 18 puntos, los esfuerzos que tuvo que hacer el cuadro de Scariolo para recortar le pasaron factura cuando más cerca se encontraba. Por otro lado, algo natural y que en muchas ocasiones hemos podido ver en más de un partido. El hecho de que tanto Joventut como Cajasol perdieran sus respectivos encuentros permite que el Laboral Kutxa se mantenga en la misma posición. Esta semana termina el periplo europeo. Veremos cómo afecta el tener un partido por semana a un equipo acostumbrado a otro ritmo de competición. Esperemos que sea positivo y les sirva para corregir errores y para ser más consistentes y regulares.