escuchar o leer en las noticias de baloncesto el apellido Obradovic es sinónimo de éxito. Ser capaz de conquistar la Euroliga con cuatro escuadras diferentes no está al alcance de cualquiera. En algunos de esos equipos el haberlo conseguido en su primer año, mucho menos. Y el permanecer en el banquillo de un mismo equipo durante 13 años tampoco.
Por eso, y por otras muchas cosas más, los dirigentes turcos le contrataron para enderezar la nave del Fenerbahce. Para ello pusieron sobre la mesa la nada despreciable cifra de más de 30 millones de euros.
Antes que el serbio había pasado otro entrenador laureado: Simone Pianigiani, que antes de desembarcar en Estambul había dominado la Lega italiana durante seis años, además de llegar a dos Final Four. Todo ello no valió para nada ya que las circunstancias no le dejaron triunfar. Ahora era el turno del denominado mejor entrenador de Europa.
Ver la actitud de resignación del Zeljko Obradovic en el banquillo durante el partido contra el Baskonia fue una de las cosas que más me llamó la atención. No recuerdo tener una imagen del preparador balcánico tan ausente, sin utilizar apenas su mágica pizarra, sin chillar excepto en contadas ocasiones, sin encolerizarse con cada una de las acciones que hacía mal su equipo, sin perseguir a los árbitros.
El único que pudo sufrir su ira un poco fue Nemanja Bjelica pero éste, con su cara de no enterarse de nada es capaz de aguantar carros y carretas. Ni el mismísimo Obradovic ha sido capaz de transformar el juego de Nemanja. Sigue siendo el mismo jugador, con un gran talento que lo muestra en cuentagotas y al que será muy difícil verle en otra dimensión baloncestística. Al final de su carrera quedará definido simplemente como un buen jugador, no como lo que por sus condiciones innatas habría podido llegar a ser.
Obradovic, al igual que Pianigiani, no está consiguiendo los objetivos que su escandaloso presupuesto presuponía. El Fenerbahce venía al Buesa Arena con pocas opciones de pasar a cuartos de final, eso es verdad, pero milagros mayores se han producido en el deporte. Y si no, que se lo pregunten al propio Obradovic con su Panathinaikos hace unos años que empezando con un muy preocupante 0-3 se clasificó en la última jornada.
Pero la falta de actitud y la poca motivación a la que hacía alusión el propio Obradovic hizo que el Baskonia les barriera de la pista y no les permitiera seguir soñando con los play off previos a la Final Four. El equipo de Scariolo jugó a un alto nivel. A Heurtel se le ve en forma y ya vuelve a meter esos tiros tras pick and roll, o los tiros abiertos y las grandes asistencias a los pívots.
Causeur definitivamente ya está dos pasos por delante de Jelinek. Pleiss pudo con Zoric, con Kleiza y con todos los que se le pusieron por delante. Nocioni salió desde el banquillo y me pareció un gran acierto de Sergio. Puede ser una manera de liberarle de faltas rápidas al inicio del encuentro que le hacen daño al equipo.
Hamilton peleó y poco a poco irá a más. Poeta, muy activo sobre todo en defensa. Y el resto, correctos. El único pero es que yo habría cambiado esta victoria contra el Fenerbahce por la de Unicaja, con más valor clasificatorio.