hay una canción de Golpes Bajos que tiene por título "Malos tiempos para la lírica". En Vitoria corren malos tiempos para el basket. El del Fenerbahce era un partido trampa, ya que desde el punto de vista clasificatorio parecía que eran dos equipos de las mismas capacidades. Pero no era así. El baloncesto turco lleva varios años invirtiendo fuertemente en este deporte y este año el Fenerbahce se ha gastado mucho dinero, entre otras cosas, para fichar al mejor entrenador europeo y llevar la nave a buen puerto. Un mal inicio en el Top 16 del equipo turco podía hacer pensar a la gente que sería más factible sacar algo positivo de Estambul, pero la realidad nos ha dicho que para ello tienes que tener un conjunto bien compactado y experimentado para hincarles el diente. ¿Quién podía esperar que el Baskonia ganara en Turquía? El base titular y el suplente, lesionados. Pívot titular-suplente lesionado. Su lesión hará que las oficinas baskonistas se muevan para reforzar una posición que ha quedado bastante descubierta hasta su recuperación. Escolta titular con fiebre y malestar general. San Emeterio, en horas bajas. Mainoldi, desaparecido desde el inicio liguero. En Vitoria se viven momentos tensos con ciertos jugadores que no están ofreciendo el rendimiento que se esperaba. Es reiterativo, pero por ello no menos cierto que el Baskonia de esta temporada ha conformado una plantilla con varias posiciones en entredicho y que las lesiones le están persiguiendo desde el inicio de campaña. Creo que no hay ningún jugador que no haya tenido que pasar por la enfermería para reparar alguna pieza de su chasis. Es obvio que con esos condicionantes no puede competir de tú a tú con bastantes equipos de la Euroliga, en primer lugar porque la competencia dentro de los entrenamientos es inferior. Y como dice un refrán baloncestístico "se juega como se entrena". Y, en segundo lugar, porque los efectivos con los que cuentas para los partidos disminuyen. Aunque es difícil asumirlo para un club como el vitoriano, la lógica dice que el Laboral Kutxa hoy por hoy ya no es un fijo para los primeros puestos. Y hay que trabajar desde ese punto de partida para intentar volver a confeccionar una plantilla más competitiva a pesar del recorte presupuestario. Porque si siempre nos guiáramos por el presupuesto, tampoco se podría entender que el Baskonia estuviera por detrás en la clasificación de equipos como el Herbalife, el CAI, el Joventut o el Cajasol, con menos de la mitad de presupuesto que los alaveses. En tiempo de crisis y recortes, hay que hilar más fino para poder fichar bueno-bonito-barato. Incluso igual hay que mirar al mercado nacional para encontrar algo mejor que lo que puedes traer de fuera. Son ya varios los jugadores nacionales que esta temporada han sacado los colores a más de uno. Hace unos años, el Laboral Kutxa tuvo la listeza de buscar nuevos talentos en países donde todavía nadie había reparado como Argentina o Brasil. Hoy en día, todo está más trillado por todos y por lo tanto ya no existe capacidad de sorpresa. Se tienen que pegar con todos para fichar posibles promesas. Tras el varapalo de Turquía, ahora viene el campeón de la Copa del Rey. Casi nada al aparato. Y los condicionantes no van a cambiar, por lo que es tiempo de sacar el paraguas e intentar salvarse del temporal. La esperanza y la ilusión son lo último que un equipo debe perder, pero hay momentos que todos los astros se ponen en contra de uno y es difícil levantarse.
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