Cuando lo fichamos dijo tener 28 años; más tarde descubrimos que en realidad tenía 40", denunciaba el expresidente del Partizan de Belgrado, Zarco Zecevic, sobre Taribo West, el defensor nigeriano de las trenzas verde fosforito. Sobre jugadores venidos al fútbol occidental desde el continente africano hay numerosas sospechas, como el legendario Kanu y varios de su generación de la selección de Nigeria, incluso de suramericanos tipo Donato o el mismo Falcao, personajes que han instalado con mayúsculas sus nombres en el deporte rey, pero que han convivido con la duda ajena acerca de la edad.
La Lazio, ese avispero para la ultraderecha donde todavía vive Il Duce Mussolini, anda estos días envuelto en un asunto de credibilidad. El caso es que el pasado fin de semana el club italiano convocó alistado con el primer equipo laziale a un futbolista juvenil de origen camerunés. Un chico negro de 17 años llamado Joseph Minala.
Un joven, además, con una conmovedora historia de las que invitan a ilustrarse filmográficamente: llegó a Italia hace dos años y medio bajo promesa de un representante que le había seducido ofreciéndole pruebas en algunos de los clubes más importantes allende los Alpes. Al llegar a la estación romana de Termini, al intrépido aventurero, o superviviente concienciado con su familia en la búsqueda de una vida mejor, le aguardaba la soledad. Nadie apareció jamás. El bisoño se vio sin remedio en un centro de acogida de menores, donde establecieron contactos para que se probara el algún equipo juvenil.
De este modo, Minala, afincado en la parcela del mediocampo, comenzó a jugar para el Vigor Perconti, un filial laziale, y lo hizo durante una temporada. El fructífero periodo fue suficiente para elevar su cotización, de modo que Inter, Nápoles o Roma se interesaron en Minala, que escogió sin embargo permanecer en la estructura de la Lazio, en su sección de juveniles, donde milita desde el pasado 2 de diciembre, antes de ser convocado por el primer equipo este pasado fin de semana en que el calendario establecía el derbi frente a la Roma (0-0), en el que finalmente no compareció. Su reclutamiento lo gestó gracias a los ocho partidos que ha disputado como juvenil esta campaña y en los que ha anotado 5 goles. Si bien, aunque su historia sea impactante, no deja de ser un producto más de los traficantes de humanos que tanto se nutren en el fútbol.
De modo que hasta ahí, todo rutinario en esa cacería de sueños que luego se cobra vidas. Rutinario sobre el papel, pues, fuera aparte de la sensibilidad, no dejaba de ser la ascensión de otro joven hasta la cúspide italiana de la Serie A del Calcio. Minala era una nueva cosecha.
Inmediatamente después de conocer la noticia de la novedad, los avezados Indiana Jones del balompié, inmersos en ese lógico interés por descubrir nuevos talentos en esta remesa de 2013-14, comenzaron sus pertinentes investigaciones. Indagaciones que pronto dieron de bruces con fotografías de Minala, un tipo fornido, cuadriculado en musculatura, y con rasgos propios de persona adulta. Las conclusiones no se hicieron esperar. Minala, ese juvenil camerunés y centrocampista ofensivo de 17 años, con una mezcolanza de parecidos con Mazinho o Jekini, alberga presencia de cuarentón.
El eco traspasó mar y océano. Y en África, quién sabe si por orgullo o envidia, el tema saltó a la palestra. La cabecera senegalesa Senego aseguró que Minala cuenta con más años de los que dice poseer. "Varios amigos de la infancia del jugador testificaron afirmando que Minala tiene más de 37 años -el diario ha llegado a asegurar que cuenta con 42-", reza la publicación, que prosigue: "La Lazio ha publicado una declaración en la que se sumergen más dudas".
la lazio lo desmiente Y es que la Lazio se ha visto obligada a salir al paso de la polémica con un comunicado. "De conformidad con los artículos publicados en la prensa de la edad y el estado civil futbolista José Minala, confirmamos la legitimidad absoluta de la documentación presentada ante los órganos federales. En cumplimiento de los aficionados al fútbol y el club se reserva el derecho de actuar contra los responsables". Varios clubes italianos están con la mosca detrás de la oreja y se plantean exigir exámenes médicos que confirmen la edad de Minala, que, según la Lazio, presentó una documentación original que se empleó para realizar el fichaje e inscribir al jugador en competición. En los mismos figura que Minala nació el 24 de agosto de 1996 en Yaundé, la capital política de Camerún. ¿Un fraude? ¿Y si el chico lleva la razón? Al menos, como tal responde a sus detractores, a todos esos incrédulos. "La envidia es la debilidad del hombre y del pueblo con pobres almas al ver a alguien más en la Serie A. Los amo a todos. Forza Lazio".