vitoria - Iván Fernández Anaya (Vitoria, 1988) se pasa el día corriendo porque entiende el atletismo como una prolongación de su vida. Un motivo para ser plenamente feliz donde el trabajo lleva implícito siempre el esfuerzo si lo que se anhela es el éxito, en cualquiera de los órdenes de la vida. Esta lección la aprendió muy pronto este joven cuando entró a formar parte de la escuela de fútbol de su colegio. En aquellos recreos de bocata y balón ya había algo en su espigada figura que hacía presagiar que su futuro deportivo, si es que lo había, iba a estar más ligado a las carreras que al fútbol. Así fue como el actual campeón de Euskadi de Cross -título que logró el pasado domingo en Llodio por sexta vez consecutiva, desbancando de un plumazo a otros dos históricos alaveses como Martín Fiz e Iván Sánchez- fue a parar al atletismo, con nueve años y la influencia de sus padres, que le inscribieron en varias carreras populares locales para que el chaval se desfogara. Durante un tiempo compaginó sin embargo ambas modalidades, pero a los 14 tuvo que elegir. Y al contrario que los compañeros de clase, se decantó por el maltratado deporte de las zapatillas con clavos porque ya entonces gozaba de una condiciones óptimas. Y empezó a correr. Y a ganar. Primero en carreras sobre campo a través y después en modalidades como los 3.000 metros lisos y los 2.000 obstáculos, donde se proclamó campeón de España en varias ocasiones en las categorías cadete y juvenil.

El punto de inflexión de su carrera llegaría siendo junior, cuando se comprometió con el F.C. Barcelona y cambió de entrenador. Su descubridor, Timoteo Quintana, cedió el testigo al laureado Martín Fiz, con quien los parecidos resultan a estas alturas más que razonables. Aunque sólo sea en el campo del cross, el alumno Fernández ya ha aventajado al maestro Fiz con seis campeonatos vascos de la modalidad, convirtiéndose en el mayor especialista de la historia reciente. De la mano de su nuevo mentor, el joven atleta hace ya tiempo que convive y asimila el deporte de elite con pasmosa tranquilidad. Y a pesar de los triunfos, que por el momento son notables -campeón de Europa de Cross por clubes en 2012, 2013 y 2014, subcampéon de España en 5.000 metros el año pasado o mejor marca española del año en 3.000 metros, entre otros-, el éxito no se le ha subido ni un ápice a la cabeza. Es más, en su concepto de vida apenas hay cabida para ninguna clase de ego desmesurado, de ahí que su cuenta en Twitter (@ivanfernandezan) sea un continuo llamamiento a la humildad y el trabajo con mensajes del tipo "Lucha y no te rindas nunca" o "Esperar duele, olvidar duele. Pero el peor de los sufrimientos es no saber que decisión tomar". Por eso su vida es pura rutina. Jornadas y semanas a base de descanso, controles dietéticos y hasta nueve sesiones de entrenamiento a la semana. Una rutina esencial para articular con éxito ese equilibrio mental tan necesario en el deporte profesional. Y un acicate más en el caso del joven Iván para continuar cultivando su intelecto, que en estos momentos está centrado en la culminación de un curso especializado sobre ingeniería mecatrónica, una disciplina que busca crear maquinaria más compleja para facilitar las actividades del ser humano. Sin duda, una metáfora de su propia vida.