vitoria. En julio de 1997, durante la Bira, Gorka Gerrikagoitia alcanzó su sueño: le dijeron que sería profesional en el Equipo Euskadi. Debutó ese año en el Tour del Porvenir y después encadenó seis temporadas consecutivas vistiendo el maillot del conjunto vasco hasta que Madariaga le dijo antes de acabar la temporada de 2003 que no seguiría, que su carrera ciclista había acabado pero que, si quería, tenía un sitio para él en la dirección del equipo. Permaneció junto a Miguel. Fueron inseparables hasta que hace poco más de un año Gerrikagoitia le dijo que se marchaba al nuevo proyecto de Euskaltel. Madariaga le pidió que se quedara, pero, claro, entendió que era una elección profesional irrefutable. No le guardó rencor ni se enturbió su relación. Prueba de ello es que le ha elegido para que dirija el proyecto deportivo de la Fundación Euskadi.
¿Cómo ha vivido el proceso de disolución de Euskaltel y su llegada a la Fundación Euskadi?
Este último año ha sido duro. Después de la disolución de Euskaltel me veía fuera del ciclismo. Tampoco he hecho ningún esfuerzo por encontrar acomodo en algún sitio porque veía que la situación era muy difícil en las fechas en las que nos encontrábamos. Era casi imposible. Entonces surgió la llamada de Miguel. Me dijo que quería contar conmigo como director en el equipo y estoy satisfecho porque veo que es una gran oportunidad para seguir vinculado al mundo del ciclismo. 2014 me lo habría tomado como un año de transición para ver cómo venían las cosas para 2015. Tampoco habría sido un drama no estar este año en activo.
¿Le sorprendió la llamada de Madariaga?
Me sorprendió sobre todo que tuviese fuerzas y ganas de seguir peleando para sacar de nuevo un equipo continental. Que nadie se olvide de que esto sigue gracias a él. El que empuja esto y tiene energía para seguir adelante es Miguel. Después, que contara conmigo no me sorprendió nada. Es media vida la que he estado vinculado a la figura de Miguel y tenía la corazonada de que podía contar conmigo.
¿Qué valoró de este proyecto para aceptar?
Nunca he peleado con Miguel por un interés económico. Pero sí le comenté que yo, sobre todo, quería dar una buena imagen de equipo, trabajar con gente joven y unir el equipo Euskadi a lo que es una afición, un país.
¿Es para usted un paso atrás?
No, ni mucho menos. Yo también he dicho siempre que nunca he sentido la prioridad por dirigir un Tour de Francia o una Vuelta al País Vasco. Creo que el director se tiene que hacer valer en todas las carreras, da igual la categoría de la misma. Y es más, creo que puedo aportar incluso más en una categoría continental que en un equipo UCI World Tour. Ahí los corredores supuestamente tienen que llegar con la experiencia suficiente para que se les expliquen muy pocas cosas.
¿Se ha encontrado una Fundación débil tras los problemas de 2013?
No, porque la infraestructura ya estaba creada de antes. Está claro que los recursos son mínimos. Con más dinero las cosas se podrían hacer mejor: tener más auxiliares, tener más vehículos, una mejor logística? A día de hoy lo más complicado es confeccionar un calendario bueno, de por lo menos 75 u 80 días de competición. Hay que empezar a enviar solicitudes a organizadores para que nos inviten sabiendo el lastre económico que te supone ir a correr. Esa es la mayor pelea que voy a tener con Miguel casi cada carrera. Está claro que a nadie le gusta estar un día así y al otro también.
¿Cómo valora la plantilla con la que empieza la temporada?
La categoría continental la tenía un poco perdida y a los corredores los voy conociendo ahora. Creo que tenemos una plantilla bonita e ilusionante con corredores de los que se puede sacar rendimiento. No hablo solo de ganar carreras, porque no todos los corredores están para ganar carreras. Veo que hay potencial para que estos chavales sean ciclistas en el futuro, que es de lo que se trata.
¿Puede quedarse corta la plantilla?
Es que no pueden ser más corredores. Confeccionar un calendario es muy difícil. El año pasado hicieron 72 días de competición, incluso yendo a China para sumar días de carrera. Está claro que no puedes tener más de diez o doce corredores y ahora mismo tenemos once. ¿Para qué vas a tener más corredores si luego no vas a poder tener calendario?
¿Cuáles son los objetivos?
Trabajar con ellos y dar muy buena imagen como equipo. Estos mismos corredores consiguieron resultados el año pasado y lo normal es que esta temporada evolucionen y se pueda pelear otra vez por victorias. Pero ese no va a ser el objetivo primordial. No se puede educar a la gente joven para ganar carreras, por lo que hay que enseñar lo que es el oficio.
¿Qué sello le gustaría dejar como director en estos corredores?
Me gustaría que estos corredores dijesen de mí "con aquel director yo aprendí cosas".