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sábado noche. Momento de disfrutar de la típicas cenas navideñas de estas épocas o simplemente para salir de fiesta con los amigos. Pero ayer hubo un paréntesis, atípico por otra parte. Un pequeño cambio de planes para acudir a la final del Cuatro y Medio entre Juan Martínez de Irujo y Aimar Olaizola. Sin embargo, y a pesar de que el choque era en una hora poco habitual, las 21.30 horas, nadie se durmió, las gradas del frontón Ogueta no se vieron afectadas y los cánticos inundaron la cancha gasteiztarra. El ambiente pelotazale no entiende de horarios. Es la fiebre del sábado noche.
Donde sí sufrieron el cambio de hora fue en el bar de la cancha gasteiztarra. Mesas llenas y la barra a rebosar. Antes de la final, los espectadores invadieron el recinto hostelero en busca de gasolina para afinar sus gargantas de cara a una final en la que no tenían pensado dejar de animar en ningún momento. "No sé si ha venido más gente de lo normal o no, pero en el bar nos están pidiendo muchísimo y llevamos una noche en la que no hemos parado ni un segundo", declaró uno de los camareros, que añadió: "El ambiente es el mismo, con todo el mundo disfrutando de la pelota y queriendo que se le sirva rápido. El atípico horario no ha cambiados las costumbres de los aficionados".
Entre los casi 2.000 pelotazales que llenaron el Ogueta hubo respuestas de todo tipo, pero la gran mayoría de ellos se mostraron satisfechos por el horario, cómo los integrantes de la Peña Martínez de Irujo de Leioa: "Mucho mejor a esta hora porque puedes echar unos tragos antes y otros después. Además, hay un gran ambiente de pelota". Iñigo, uno de los peñistas, tenía claro antes de la final que "luego vamos a salir a celebrarlo. Gane Juan o gane Aimar".
Por el contrario, Juan y Miguel, seguidores de Olaizola II y llegados desde la localidad guipuzcoana de Abaltzisketa, se mostraron más cautos: "Es un horario que había que probarlo. Nosotros hemos hecho media cena antes y haremos la otra media después". Aun así, los dos amigos reconocieron que estaban un poco preocupados por la hora a la que iba a acabar el partido. "No sabemos si habrá algo abierto cuando salgamos. Tendremos que coger una pizza o algo así", comentaron.
opinión de los pelotaris No solo los aficionados se expresaron sobre el tema. Los pelotaris también se atrevieron a mojarse, como Joseba Ezkurdia, que comentó que "he oído que alguna gente se ha quejado, pero es la hora que hay". Aun así, el delantero de Aspe reconoció que el partido por la txapela del Cuatro y Medio no le impidió perderse otros compromisos. "A mí personalmente no me ha cambiado la tarde porque había hecho los planes pensando en la final", comentó. Sin embargo, el navarro entiende que para Irujo y Olaizola los momentos previos al choque definitivo tuvieron que ser un tanto incómodos: "La espera se les ha podido hacer un poco larga, pero una vez en el frontón, da igual".
Por su parte, Mikel Idoate pudo disfrutar un poco de la final. El txantrearra y Andoni Aretxabaleta vencieron por 10-22 a Julen Retegi y Cecilio Valgañón en el primer partido del festival. "Está claro que ellos tienen mucha más tensión de la que hemos tenido nosotros, pero no creo que la hora les haya afectado. Somos profesionales y estamos acostumbrados a jugar a estas horas", comentó el navarro, que afirmó que "hemos jugado a horas mucho peores. Cuando estás en un festival y juegas el tercer partido, hay veces que te vas hasta la una de la mañana". Lo que sí que tenía claro Idoate era que "así da gusto jugar a la pelota, el ambiente ha sido impresionante". Una final en el que las gradas no pararon de animar e incluso desde fuera del frontón los gritos de los aficionados iluminaron la fría noche gasteiztarra.