vitoria. En la lucha contra el dopaje la clave es anticiparse, sorprender, realizar controles cuando los tramposos no los esperen", trazan con nitidez desde la Dirección de Deportes del Gobierno Vasco a modo de anticipo de lo que viene, una cruzada contra el dopaje, algo así como la brigada de Elliot Ness y sus intocables, aquel grupo especializado que perseguía a los mafiosos durante la Ley Seca. En Lakua, conscientes del pozo del dopaje, se ha declarado la guerra a los tramposos. No habrá tregua. Es uno de los ejes de la política deportiva que las fuentes consultadas consideran "imprescindibles" para contribuir a la mejoría del deporte. El propósito de las autoridades vascas pasa por combatir el fraude deportivo palmo a palmo, exhaustivamente, al detalle, centímetro a centímetro. "Lo de tolerancia cero no es solo un lema, es una prioridad para nosotros. El tramposo no tiene sitio en Euskadi", indican las mismas fuentes. El esfuerzo del ejecutivo vasco por acabar con la mancha pringosa que extiende el doping sin descanso no es solo una pose, una declaración de intenciones o un ejercicio reivindicativo sin contenido. "No hablamos de un borrador, se trata de algo muy concreto. Vamos a por los tramposos" establecen desde la Dirección de Deportes, donde se ha trazado un plan sólido para cercar, atrapar y apartar a los deportistas que intenten valerse del uso de sustancias prohibidas para mejorar su rendimiento en territorio vasco.

el factor sorpresa El ambicioso programa pretende atacar todos y cada uno de los recovecos del dopaje, una cuestión repleta de aristas, desde distintos frentes que van desde la aplicación y la adecuación de la Ley con las sanciones que propone la AMA (Agencia Mundial Contra el Dopaje), cuatro años de sanción para el primer positivo a partir del 1 de enero de 2015, hasta el marcaje cercano de los deportistas. "Hay que saber adaptarse a la manera de funcionar del dopaje, que evoluciona constantemente, por eso es preciso actuar desde diferentes ángulos. Es la única manera de lograr resultados", explican las mismas voces respecto a una problemática que exige una actuación tan determinante y contundente como minuciosa y sorpresiva en su desarrollo para que esta resulte exitosa.

"Es básico sorprender al tramposo, que no sepa cuándo se le puede controlar. Es el arma principal para poder combatir el dopaje", precisan desde la Dirección de Deportes del Gobierno Vasco, que cuenta con un grupo propio de médicos, puntualmente reforzado con la contratación de personal especializado para la realización de controles antidopaje. Las muestras obtenidas por los controladores son después analizadas en el Laboratorio de Barcelona, homologado por la AMA. La ímproba tarea de perseguir el fraude exige lo mejor de distintos especialistas, pero, ante todo, un protocolo, un método para que el trabajo sea lo más eficaz posible. Lo importante, consideran los expertos, "es saber qué buscar, cuándo y dónde hacerlo". El estudio y el análisis previo se antojan imprescindibles para el adecuado desarrollo del programa del Ejecutivo vasco contra el dopaje. Se trata, de alguna manera, de poder entrar en la mente del deportista que quiere hacer trampa, de saber cómo funcionan, para descubrirle con las manos en la masa.

test de epo La búsqueda de un objetivo, de resultado final, no debe, sin embargo, cegar a los perseguidores. Las prisas son el peor compañero de viaje a la hora de cercar a los fraudulentos. "Para avanzar debidamente hay que ir paso a paso. Antes de realizar el control, es necesario filtrar la información que se dispone. Es preciso hacer una criba porque no se puede tirar el dinero haciendo controles sin sentido. Los controles, descartados los simples de orina, se preparan con antelación para intentar ser lo más efectivos posibles", apuntan desde el Gobierno Vasco, convencidos de que la presión asfixiante debe estar perfectamente articulada. En esa preparación minuciosa del terreno, los expertos explican que "se establecen dónde puede haber un dopado, en qué deporte y en qué prueba. Se estudian ciertos parámetros para no ir a ciegas porque un control de sangre para la detección de EPO cuesta alrededor de 500 euros". Para contar con más garantías de éxito, desde el equipo dedicado a la inagotable persecución del dopaje, se radiografían los calendarios competitivos de diferentes modalidades, las pruebas, las marcas y los registros de los deportistas para detectar señales que resultan sospechosas bajo la mirada experimentada de los analistas. "Hay cosas que llaman la atención, que descolocan, y lo que no cuadra... ya se sabe", subrayan las voces consultadas por DNA.

Para percibir lo que no cuadra y acosar a los tramposos, en la campaña antidopaje del próximo año, 2014, las previsiones del Gobierno Vasco son las de realizar un total de 300 controles, tres veces más que en 2012 cuando se contabilizaron poco más de 100 actuaciones para detectar casos de dopaje, que las autoridades reconocen porcentualmente minoritarios, aunque no por ello tranquilizan a los expertos que quieren desterrar ese tipo de prácticas. "En esa dirección, hemos ido incrementado sucesivamente el número de análisis. Vamos muy en serio. No queremos tramposos. En 2012 se realizaron 100 controles, este año acabaremos con 200 y en 2014 llegaremos a los 300 controles", anuncian desde la Dirección de Deportes. Si la cantidad, de por sí, ha crecido notablemente y se antoja como un claro indicador de las intenciones de la autoridades, el objetivo de las mismas se centra en mejorar la calidad, lo que en el argot se entiende como afinar la cacería. Para perfeccionar en lo posible la batalla contra el uso de sustancias prohibidas en el deporte, desde Lakua entienden prioritario fortalecer el elemento sorpresa. "Eso nos reforzará. La sorpresa es imprescindible para atacar esta lacra".

Para ello, la Dirección de Deportes ha invertido en una unidad móvil preparada con todo lo necesario para realizar controles con todas las garantías. El aviso es nítido. "No sabrán cuándo apareceremos. Solo se anunciará a los organizadores de las pruebas, sean las que sean, con una hora de antelación. Será mucho más complicado esquivarnos y eso va a favor de nuestros intereses y en contra del de los tramposos". La posibilidad de aparecer en cualquier lugar, en cualquier momento, respalda, sin duda, a los cazadores de fraudes deportivos. El plan antidopaje va más allá. No acampará únicamente en la competición o en su extrarradio. Otra de sus aportaciones: la realización de controles fuera de temporada, potenciará, sin lugar a dudas, su alcance. "Además de realizar más controles sorpresas, también incrementaremos las apariciones fuera de temporada, cuando no se nos espere. Circunscribir nuestras actuaciones únicamente a eventos deportivos concretos nos debilita".

anticiparse El dopaje, aunque vinculado a la competición, a la causa-efecto, dispone mecanismos más alambicados, sutiles y complejos de los que se suponen. El engaño, habitualmente, se realiza antes de la competición. El dopaje conlleva en sí mismo un calendario, una planificación, el cumplimiento de ciclos, dosis exactas... en definitiva un intrincado sistema para preparar distintas pruebas y rendir en las mismas sin que la sustancia empleada sea detectada en los tests el día señalado, cuando se espera el grueso de los controles antidopaje. Conscientes de la trastienda que precisa el dopaje para que resulte efectivo, la Dirección de Deportes quiere estar presente más allá de los días rotulados en rojo por los deportistas. "Entendemos que los controles fuera de temporada, mientras los deportistas se preparan las competiciones, son, en gran medida, más efectivos no solo por inesperados, sino también porque el dopaje está más presente entonces. Principalmente se trata de una tarea previa", argumentan las fuentes consultadas. Además de sacar de la circulación a los que opten por el dopaje, desde la Dirección de Deportes del Gobierno Vasco también se busca disuadir a los que piensen emplear las sustancias prohibidas. "Tienen que saber que la apuesta es firme".

potenciar la investigación Con un presupuesto que ronda los 100.000 euros, la lucha contra el dopaje será implacable y una prioridad. El Gobierno Vasco quiere caminar con paso firme para desenmascarar a los fraudulentos y no se detendrá solamente en los deportistas, que no dejan de ser la punta del iceberg del dopaje, una lacra que dispone rango de industria. El negocio alrededor del dopaje también será perseguido. Bucear hacia las profundidades es otro de los retos que despunta en la hoja de ruta de la Dirección de Deportes. "Debemos potenciar la investigación. No nos podemos quedar solo en los deportistas. La idea es averiguar quiénes son los suministradores y tirar del hilo. Los deportistas que se dopan no dejan de ser los clientes y el castigo no solo puede recaer sobre ellos", asumen las fuentes consultadas, que hablan de las dificultades de perseguir el rastro de las sustancias dopantes, un mercado que se ha "globalizado y democratizado en gran medida debido a la posibilidad de comprar esta clase de productos vía internet". Ese es el motivo por el que el dopaje se extiende no solo entre la élite sino también entre aficionados al deporte que se enganchan a las sustancias prohibidas para mejorar su rendimiento en pruebas donde no hay nada en juego. "Es triste, sí. Se ha detectado a gente dopada en pruebas para aficionados", analizan las fuentes consultadas, que constatan cinco positivos en el último año, entre deportistas elite, por controles realizados desde el Gobierno Vasco.

apuesta decidida "No nos va a temblar la mano en este asunto, eso lo tenemos muy claro", aclaran desde la Dirección de Deportes, que exponen que serán más rigurosos todavía con los deportistas becados por Lakua y que se engloban dentro del Basque Team, donde encuentran cobijo destacados atletas que no disponen del potencial económico que otorgan los deportes populares y precisan el dinero de las becas públicas para continuar con su carrera deportiva. "Tenemos claro que no se puede predicar con el ejemplo y luego no cumplir. Seremos muy estrictos en ese ámbito. Estableceremos un mayor control", sostienen las fuentes consultadas por este periódico. Desde la Dirección de Deportes se aboga por un sistema similar al del pasaporte biológico que se emplea para tener localizados a los deportistas en todo momento. "Apareceremos sin previo aviso donde haya que hacerlo", determinan las mismas fuentes, que además de perseguir el engaño, desean impulsar la cultura de limpieza en el deporte. "El verdadero objetivo es instaurar una cultura de deporte limpio, pero mientras exista la trampa nos tendrán en frente". Es la guerra contra el dopaje.