Roberto Morales. Madrid, 6 dic (EFE).- España, encuadrada en el grupo B junto a Holanda, Chile y Australia, persigue en el Mundial 2014 de Brasil el último récord por firmar de la 'generación de oro' de su historia, que se cerrará con el adiós de Xavi Hernández, el icono de un estilo con el que conquistaron Europa y el mundo, en la búsqueda de una reválida de título que ya protagonizaron en la Eurocopa.

España da un nuevo salto en los retos que ha ido cumpliendo en cinco años de gloria máxima en los que conquistó dos Eurocopas y un Mundial. Del Ernst Happel de Viena a Maracaná, estadio de estadios para cualquier futbolista, donde la Roja quiere cerrar el ciclo de un grupo de jugadores que han cambiado su historia.

El abanderado Xavi Hernández, icono del estilo del toque que inventó Luis Aragonés y asentó Vicente del Bosque. Y un buen número de jugadores que deberán decidir, si pueden, su fecha final con la Roja: Iker Casillas, Carles Puyol, David Villa, Fernando Torres. Futbolistas que han inscrito sus nombres en gestas, para pasar a ser leyendas de España y asisten a su último Mundial.

No habrá nunca una generación igual pero Del Bosque ha ido renovando las piezas en una transición tranquila. De Sergio Busquets a Koke Resurrección. Con poco ruido pero con mucho éxito. Jugadores que se acoplan a la perfección y extienden el chip ganador de sus antecesores. De la furia a la excelencia. El salto de calidad lo dio España y ya nadie la ha bajado de lo más alto en las últimas grandes citas futbolísticas.

España firmó el pasaporte a su décimo Mundial consecutivo con más irregularidad de la esperada. Pasó de ser una selección clásica en sus presencias, pero sin excesivo protagonismo -la cuarta plaza en Brasil'50 había sido su mejor prestación-, a responder con nota al papel de favorito en Sudáfrica 2010. Ha estado ausente en seis citas mundialistas pero nunca falla desde Argentina'78.

Y no podía hacerlo para defender la corona. El campeón antes se clasificaba desde el momento de su gran conquista. Ahora para FIFA es uno más y la Roja tuvo un momento de irregularidad en su grupo, que le obligó a sacar su imagen ganadora en un día decisivo en París.

Dos 'accidentes' jugando de local, en el Vicente Calderón con empate en el descuento por un grave error ante Francia y en El Molinón ante Finlandia con otro sorprendente empate, provocaron que los hombres de Del Bosque rescatasen la imagen de las grandes finales en un día clave en Saint Denis. Su triunfo con un fútbol imponente ahuyentó viejos fantasmas de repescas y sufrimientos.

Y así, con Del Bosque renovado hasta 2018 para convertirse en además del seleccionador más laureado, en el segundo más longevo en el cargo, llegará España a Brasil con fe ciega en un estilo y una preocupación por encima de los grandes rivales a los que se enfrenta: el estado físico.

La última experiencia, la Copa Confederaciones, dejó un regusto amargo. Es el único título que le faltaba por conseguir a la 'generación de oro' y conquistarlo en Maracaná ante Brasil era un golpe en la mesa en una de las cunas del fútbol para pasar a ser las mejor selección de la historia. La goleada recibida en la final, con jugadores ya al límite de sus fuerzas, fue una lección para el Mundial.

La brillantez se ha rebajado camino del Mundial por la dificultad de jugar ante rivales que cambian su identidad. España confía en que una gran cita, sus rivales le jueguen de tú a tú y no se encierren en su terreno, con diez jugadores por detrás del balón. Será la forma en la que confían volver a mostrar al mundo un estilo que maravilla y conseguir un reto que nadie firmó, ganar dos Mundiales y dos Eurocopas consecutivas. Entrar en el olimpo de selecciones con una generación que cierra un ciclo de oro. EFE