sao paulo. El Gran Circo echó ayer el telón hasta el año que viene en el circuito de Interlagos, y el resultado fue el esperado. El alemán Sebastian Vettel ganó en Brasil el último Gran Premio de la temporada de Fórmula Uno e igualó la marca de trece triunfos en un mismo año de su compatriota Michael Schumacher en 2004. Tetracampeón del mundo, Vettel dominó la carrera en el circuito de Interlagos de principio a fin a bordo de su Red Bull. Un claro mensaje para el resto de pilotos y de escuderías, que ya se pueden poner las pilas si quieren pelear el próximo campeonato. O, al menos, hacer más vistosas las carreras, que han perdido cierto interés desde que Vettel y Red Bull protagonizan un binomio casi imposible de superar. Un monólogo de auténtico récord.
"Estoy triste de que haya terminado la temporada. Es increíble haber ganado todas esas carreras", subrayó el piloto alemán, que ha completado su año más dominante desde que llegó a la categoría reina. "Triste, pero tremendamente orgulloso de lo que hemos hecho. Ha sido un poco perverso lo fuerte que hemos estado en las últimas carreras", añadió. La canciller alemana, Angela Merkel, le felicitó desde Berlín por todos sus récords. "Cuatro títulos consecutivos de campeón mundial son un logro especialmente sobresaliente. Al igual que millones de aficionados me alegro mucho por él y su equipo y le deseo muchos éxitos en el futuro", señaló la dirigente que hace y deshace a su antojo en la Unión Europea. Vettel, de 26 años, igualó además el récord de nueve triunfos consecutivos de Alberto Ascari, pese a que el italiano lo logró en diferentes temporadas hace seis décadas. La de ayer fue, además, la trigésimo novena victoria de Vettel en Fórmula Uno, que lo sitúa a dos triunfos de la tercera marca histórica, del brasileño Ayrton Senna, 41 veces ganador. Por delante de ambos sólo están Michael Schumacher, con 91, y el francés Alain Prost, con 51. Unas cifras de leyenda.
Su compañero Mark Webber se despidió de la máxima categoría del motor con un segundo puesto. Fernando Alonso, con un Ferrari que no ha estado este año a la altura que se le supone a la escudería italiana, logró el subcampeonato del mundo al acabar tercero y regresar al podio seis carreras después. En Brasil también estaba en juego el segundo lugar del Mundial de Constructores -que tenía anticipadamente a Red Bull como campeón por goleada- y que Mercedes logró conservar a pesar de la amenaza de Ferrari.
duelo webber-alonso Sobre una pista seca, a pesar de los amagos de lluvia, la salida fue emocionante y el alemán Nico Rosberg consiguió sobrepasar a Vettel, pero la punta para el piloto de Mercedes fue efímera, pues en la primera vuelta el tetracampeón mundial, que en la arrancada se centró en contener a Alonso, le devolvió la dosis a su compatriota y volvió a asumir el liderato.
En la quinta vuelta, el francés Romain Grosjean tuvo problemas en el motor de su coche y debió abandonar la carrera. Alonso, por su parte, perdió una posición en la salida, pero después el asturiano se sobrepuso y avanzó en el cuarto giro hasta el segundo lugar, puesto que perdió después con Webber. El duelo entre el doble campeón mundial y el australiano continúo, mientras que su compañero de equipo, el brasileño Felipe Massa, que partió en la novena plaza ganó puestos y en el primer tercio de la carrera ya estaba en el cuarto lugar. Massa, que el próximo año estará en Williams, se despidió de las ocho temporadas en las que vistió el mono rojo de Ferrari. No obstante, la suerte no acompañó al piloto anfitrión, que fue sancionado con un paso por boxes por traspasar la línea de salida del pit lane. El piloto paulista acabó séptimo.