Duración: 52:21 minutos de juego.
Saques: 4 de Martínez de Irujo (tantos 2, 3, 12 y 19) y 8 de Ezkurdia (tantos 1, 2, 3, 4, 14, 15, 18 y 21).
Faltas de saque: 2 de Martínez de Irujo.
Pasas del Cuatro y Medio: Ninguna.
Pelotazos: 256 pelotazos a buena.
Tantos en juego: 10 de Martínez de Irujo y 5 de Ezkurdia.
Errores: 6 de Martínez de Irujo y 8 de Ezkurdia.
Marcador: 1-5, 5-6, 6-6, 8-7, -7, 10-8, 10-9, 11-9, 13-10, 14-12, 15-13, 16-15, 17-16, 18-19, 20-20, 21-21 y 22-21.
Botilleros: Ejercieron de botilleros Patxi Eugi (con Juan Martínez de Irujo) y Mattin Ezkurdia (con su hermano Joseba Ezkurdia).
Incidencias: Partido correspondiente a la liguilla de cuartos de final del grupo 1 del Cuatro y Medio de Primera de la LEP.M disputado en el frontón Labrit de Iruñea. Lleno.
Bilbao. Se equivocó en una decisión Joseba Ezkurdia, cuando el encuentro observaba un 20-21 en el marcador. Buscó sin éxito a Juan Martínez de Irujo, sin terminar de hacer daño en sus movimientos, y este pasó de dominado a dominador. Y se acabó el sueño del voleísta de Arbizu donde más duele, instalado en el centímetro que separa la gloria de la nada, el cielo del infierno, las semifinales de la eliminación. Cogió pelota el de Ibero y no arriesgó demasiado. Primero cruzó con el gancho sin éxito, después forzó al enorme delantero rival con la volea hasta encontrarse a gusto; después Irujo, artista, se inclinó al infinito de una caída que hubiera supuesto verle fuera de las semifinales de la jaula, cosa que no pasa desde 2005. Se asomó al precipicio. Ser o no ser. Voleón con la derecha a ras de chapa y Ezkurdia, bajando el espinazo, abajo. Empate a 21. La gestión entonces del encuentro fue sublime por parte del iberoarra. Supo ganar.
Martínez de Irujo, dubitativo todo el partido, no se había encontrado a gusto. No hay que olvidar que cada pelotazo con la derecha supone una cuestión para su carácter volcánico: ¿Duele? Anclado en los problemas del índice, que le obligan a jugar con un dedil en la parte afectada, la confianza remite. Y se ha podido comprobar en los tres encuentros que ha disputado. Comienza fuera de tono, sin poder, menos Irujo de lo habitual. Ayer, Ezkurdia aprovechó tal circunstancia y maniató con el saque a su contrincante. Sacando tajada en esta suerte, Juan se vio pronto superado en el luminoso. 0-5.
Reaccionó en un tramo complicado. Ambos pelotaris, incómodos, no rindieron a su mejor nivel rematador; pero, eso sí, pusieron a la contienda un ritmo brutal que tambaleó el Labrit. Irujo tomó impulso, o al menos eso pareció, cruzando pelota y no arriesgando demasiado. Era más en el peloteo e incluso llegó a domar la volea demoledora del arbizuarra. Pero el handicap de la mano derecha le mantenía sin brillantez en lances del juego. Sobre todo, con el saque, al que le costó meter velocidad ante un adversario que en el último partido ya había recibido seis. Así las cosas, Juan llegó con oxígeno a la decena. 10-8. Sin embargo, una falta de saque, muy corta, le penó. Ezkurdia, un superviviente, se aferró a su poder para intentar de culminar. A cambio, recibió un saque y un saque-remate que abrió la mayor distancia en todo el partido. 13-9.
Resucitó el de Arbizu gracias a un bache de Martínez de Irujo en un duelo de muchos errores por parte de los dos pelotaris -muchos de ellos supeditados a la velocidad de la pelota-. Juan, ahogado y vacío, trabajó en defensa mucho, pero su contrincante estaba con chispa. Arrimó, llevó y sobre todo hizo daño con el saque. De hecho, le hizo un roto a Juan con el disparo inicial. Castigó con ocho saques a un buen restador como es Irujo, pero las sensaciones con la derecha de Juan fueron una rémora.
Con el bache abierto, Ezkurdia se lanzó a pecho descubierto y pasó del 15-12 al 15-15. Juan buscó distancia con una volea que casi suena metálica en el frontis del abarrotado Labrit, pero que fue buena, y subió enteros con un dos paredes marca de la casa. Aun así, él mismo dio alas a Joseba. Otra falta de saque. Esta vez por larga. Y la bombona supo a gloria a Ezkurdia.
Se puso 17-19 y después 20-21, otra vez un saque. Empató Juan y terminó como un huracán. En el delgado cable del funambulista, el de Ibero se inventó un saque-remate para terminar cuanto antes la agonía iruindarra. Ezkurdia llegó al ancho y erró la dejada en la punta. La pelota iba tocada y se estrelló en la línea. 22-21. Otro casi de Joseba.