vitoria. Tres temporadas de fiel obediencia a la sombra de un tipo como José Mourinho sin duda es algo que debe marcar. Porque cuando se trata de abordar una personalidad tan ciclotímica donde el desgaste y la presión constituyen el pan de cada día, lo normal es que quien se acerque mucho al personaje acabe quemándose. La certeza es casi absoluta. Y su equipo de colaboradores lo sabe tan bien como los propios jugadores a los que entrena, protagonistas muchas veces exprimidos, e incluso humillados, más allá de lo puramente deportivo. Los ejemplos se cuentan por decenas en el curriculum del portugués, con independencia de que se trate de galácticos u obreros. En el particular credo de Mou no hay distingos en este sentido. Y lo saben también de sobra quienes comparten a diario sus neuras, sus aciertos o sus revolucionarios fundamentos tácticos, aspectos todos ellos que le han convertido en uno de los mejores entrenadores del momento.

En esa órbita tan egocéntrica que siempre rodea al míster portugués se encontraba hasta hace unos meses el vitoriano Aitor Karanka, su segundo en el banquillo y, además, su portavoz oficial en la sala de prensa durante sus tres años en el Real Madrid, probablemente el periodo más convulso en la historia del club merengue. En ese tiempo, el defensa gasteiztarra empañó su imagen profesional al convertirse en la voz de su amo durante las continuas y controvertidas campañas que el portugués diseñaba en la caseta de Valdebebas. Esa segunda ocupación le permitió a Karanka ganarse a pulso la confianza de su jefe, que comprobó con satisfacción cómo su pupilo desempeñaba a la perfección los papeles encomendados hasta que abandonó Chamartín por la puerta de atrás el pasado verano. Y con él su equipo de ayudantes, con quienes embarcó rumbo a Londres para dirigir de nuevo al Chelsea. En la T4 de Barajas, en cambio, no se presentó el vitoriano, que prefirió quedarse en Madrid a la espera de encontrar una oportunidad, quién sabe, si más sosegada.

El encargado de hacérsela llegar fue su agente, Jorge Mendes, también apoderado de José Mourinho y del resto de futbolistas portugueses que juegan en las principales ligas europeas. Y la llamada procedía de Inglaterra, desde la sede del histórico Middlesbrough, actualmente en Segunda división y con quien Karanka se comprometió ayer por lo que resta de temporada y dos más. Será la primera vez que el vitoriano vuele en solitario -también la primera que un técnico alavés dirige a un club inglés- tras su etapa en las categorías inferiores de la Selección Española y el Real Madrid. Pero es que también para el Boro será la primera vez ceda la dirección de su banquillo a un técnico no británico, aunque por su filas hayan pasado varios jugadores extranjeros, entre ellos el vasco Gaizka Mendieta, que permaneció cuatro temporadas.

En su presentación, Karanka aseguró haber dado el paso tras dialogar de forma permanente durante el último mes con Mourinho, quien le convenció para recalar en este club del noreste de Inglaterra que cuenta con 137 años de historia. Destacó a continuación el carácter familiar de los smoggies -como se conoce popularmente al Boro-, así como sus "grandes instalaciones", sus "magníficos fans" y su "gran estadio". El vitoriano debutará el próximo 23 de noviembre visitando al Leeds y el Riverside Stadium, con capacidad para casi 35.000 espectadores, con la necesidad de sumar una victoria que le permita escalar posiciones desde su actual decimosexto puesto, a ocho puntos de las posiciones que dan acceso a las eliminatorias de ascenso, pero también a sólo cinco de los tres colistas. En un inglés más que aceptable -Karanka jugó durante una temporada en los Colorado Rapids de la liga estadounidense tras colgar las botas en el Athletic-, el vitoriano se declaró "entusiasmado" con el proyecto que lidera Steve Gibson hasta el punto de haber rechazado una oferta para entrenar al Crystal Palace en la Premier. Por su parte, el mandatario británico aseguró que era el momento de buscar fuera de las fronteras de las islas británicas para contratar a un técnico entre los más de cien candidatos que se barajaron para el puesto y alabó el "trabajo duro" que promueve el alavés, que sustituye a Tony Mowbray.

precedentes alaveses La llegada de Aitor Karanka a la liga inglesa supone sin duda un hito en el fútbol alavés, aunque existen otros procedentes de entrenadores que también hicieron las maletas en busca de una oportunidad. Roberto Olabe es uno de ellos. Exportero y exentrenador de equipos como la Real Sociedad, la Unión Deportiva Almería o el Real Unión, recaló la pasada temporada en Qatar para hacerse cargo de la dirección deportiva de la Academia Aspire, un centro de alto rendimiento ubicado en Doha que capta talentos futbolístico por todo el mundo y que nació en 2004 con el objetivo de fomentar la cultura deportiva del país. Esa es, al menos, la explicación oficial porque la extraoficial apunta a un objetivo mucho más ambicioso: ser capaz de realizar un papel más o menos digno en el Mundial que este país acogerá en 2022. En ello anda desde entonces el técnico vitoriano, que lidera un grupo de 40 profesionales que supervisan la evolución de cerca de 500.000 jugadores.

En el Principado de Andorra también hay poso alavés. En este caso, el que hace años impostaron Koldo Álvarez y Justo Ruiz, hoy director técnico y responsable de la sub'21 de este país, respectivamente. Koldo comenzó a jugar al fútbol en el Aurrerá antes de dar el salto al Atlético de Madrid, donde formó parte de sus categorías inferiores. Recaló después en el Toledo y en el Salamanca, con quien logró un ascenso a Segunda en la 93/94. Un año después se trasladó a Andorra, donde compaginó la portería y labores técnicas en el fútbol base durante doce temporadas. Desde febrero de 2010 ostenta el cargo de seleccionador nacional. Su colega Justo Ruiz, también con pasado rojillo, ocupa la dirección del equipo sub'21.

Desde Vitoria asimismo comenzó a emerger en el fútbol profesional otro guardameta como Iñaki Bergara, nacido en Ondarroa pero alavés de adopción, y en estos momentos entrenador de porteros en el Everton de Roberto Martínez, uno de los técnicos de moda de la Premier League, con quien comparte "locura" el exguardameta del Deportivo Alavés desde hace años. También Ernesto Valverde probó suerte en el extranjero como técnico del Olympiakos griego, al que dirigió durante tres temporadas en dos periodos distintos.