bilbao. "Las relaciones entre las dos partes son desastrosas", decían desde Aspe mediada la feria de San Mateo de Logroño de este curso. Ya entonces había cristalizado la demanda de Sébastien Gonzalez a Aspe por "despido improcedente", cuya resolución comenzará a verse hoy de modo más claro tras comparecer en el juzgado de los social de Eibar, donde se encontrarán en juicio el pelotari y la operadora manista eibarresa. Aquellas declaraciones desde la empresa y la denuncia del zurdo de Azkaine son solo el final del camino de una bola de nieve que ha ido creciendo día a día, en cada situación, desde el Parejas de 2012, cuando el lapurtarra quedó fuera de las quinielas, donde se le situaba casi fijo, en favor de Aritz Lasa.
Llegaba a ese campeonato Sebas con la vitola de semifinalista del curso pasado y finalista del anterior, en 2010, justo después de haberse proclamado campeón del Cuatro y Medio frente a Juan Martínez de Irujo. "Ahora me encuentro bastante mal anímicamente y muy desilusionado. Con este tipo de decisiones te dan ganas de dejar la pelota", declaró el manista tras la resolución tomada por Aspe de cara la competición. También acusó a su empresa de optar por el urretxuarra por preferencias empresariales. Querían "potenciar la asistencia a los frontones de Gipuzkoa y renovar el plantel", según explicó en la entrevista. Pues bien, apartado de la competición y tras remover su no inclusión el panorama pelotazale en Iparralde, que incluso amenazó con boicotear los partidos de Aspe en la zona; Sébastien Gonzalez pidió perdón públicamente por sus declaraciones previas unos días después. "Desde abril lo he pasado mal. Me fracturé un dedo y después he estado todo el verano con el callo abierto", contextualizó el de Azkaine en diciembre de 2012, quien agregó en la comparecencia que "durante estas últimas semanas previas al Parejas estaba intentando recuperar la forma. Me ha costado mucho y creo que en los últimos partidos lo había conseguido", considerando "un golpe de sangre" sus declaraciones.
A partir de ese momento, las cosas no fueron mejorando y en el Parejas de 2013 las empresas crearon una norma en el reglamento que en los mentideros manistas se calificó como la cláusula Gonzalez. En ella, las empresas se reservaban el derecho a sustituir a cualquier pelotari del campeonato si el "rendimiento" no era el esperado del pelotari. Sébastien entró de salida, pero la espada de Damocles pendía sobre su figura en el torneo, que empezó con Aitor Zubieta. En la presentación, Inaxio Errandonea, responsable comercial de Aspe, explicó sobre la norma que "es algo normal, porque hay varios pelotaris suplentes con garantías que podían haber entrado. Esperamos tener esa puerta abierta y no cerrarle el camino a ningún otro manista". El tiempo dio la clave de por qué se nombró fuera de las canchas tal apartado de la legislación como cláusula Gonzalez: solamente fue él el que se vio forzado por su empresa a quedar apartado en favor de Joseba Ezkurdia. Solo duró seis jornadas de Parejas, en las que ganó únicamente un encuentro.
Después de ser eliminado en la carrera por el torneo de binomios de un plumazo, todo se precipitó con la comparecencia para el Manomanista de este curso. Gonzalez no estuvo en la presentación ni en la elección de material; más tarde tampoco se presentó en el partido, suspendiendo el encuentro a última hora por una lesión en un dedo del pie. Ya desde el primer momento se puso en tela de juicio la gravedad del problema de Sebas por parte de Jorge Vidarte en los micrófonos de ETB-1. Así, una semana más tarde, Fernando Vidarte, Errandonea y el abogado de la empresa se reunieron con él para sancionarle por dos meses de empleo y sueldo. La razón, su "falta de profesionalidad", pues estaba a "500 ó 600 kilómetros del frontón el mismo día del encuentro" -el sábado 4 de mayo jugaba frente a Mikel Urrutikoetxea en Iruñea-. La justificación de las anteriores faltas fue "estar junto a un familiar enfermo".
La cosa quedo ahí y Sebas estuvo fuera de las canchas desde el 22 de mayo al 22 de julio. Al volver confesó Sebastien que "me toca empezar otra vez" y apostilló que la lesión "ha sido un golpe muy duro, pero qué vas a hacer, son cosas que pasan. (...) Puedo decir que he llevado todos los justificantes por mi parte y ellos me han castigado". Antes de San Mateo llegó la demanda a las oficinas de Aspe al considerar "improcedente" ese castigo. Hoy se ven en los juzgados.