el aprendizaje es un proceso constante y necesario de cualquier equipo. El conocimiento por parte de todos los componentes del equipo de los diferentes roles existentes dentro del mismo permite una mejor comprensión, integración y cohesión del trabajo en equipo. Tengo que confesar que ese proceso de aprendizaje dentro del Laboral Kutxa es más complicado debido a las numerosas lesiones que está sufriendo desde la pretemporada y que no está permitiendo que los jugadores puedan acumular horas de entrenamiento. Los que han salido de la lesión pretenden meterse en la dinámica de conjunto lo más rápido posible, pero ello también conlleva precipitaciones, falta de rigor, nerviosismo, ganas de agradar, etc... Otro factor es el fichaje de temporeros, los cuales quieren demostrar que tienen sitio en el grupo, y eso puede hacer que se salten ciertas normas en beneficio propio. Todo ello si lo metemos en una coctelera da como resultado la irregularidad. Tras dos buenos partidos tanto contra el Estudiantes en la ACB como contra el Lietuvos Rytas en la Euroliga, el pasado sábado se produjo el duro varapalo en el San Pablo de Sevilla. En ningún momento, pudo luchar por la victoria. El Baskonia llegaba a esta cuarta jornada liguera con la moral alta y tratando de trasladar ese buen momento al torneo doméstico. Pero su gran referente como es Andrés Nocioni tuvo muy poco protagonismo. Un dato relevante: solo hizo 6 tiros de campo cuando su media es del doble, es decir, doce tiros por encuentro. En el caso de Walter Hodge, curiosamente se repite pero al revés. Tiene una media de 6 tiros y realizó hasta 13. Fernando San Emeterio también realizó casi el doble de tiros de lo que está acostumbrado. Leo Mainoldi, con bastantes menos minutos que el argentino, solo hizo un tiro menos. Y Milko Bjelica tiró tantos tiros como él. Esto son indicadores de que los equipos cuando no funcionan se ven forzados a hacer cosas a las que no están acostumbrados y eso normalmente te lleva al fracaso. También cuando el equipo contrario te hace jugar forzado, lo que consigue es que tus porcentajes de tiro bajen y que el balón no llegue a los sitios deseados. El Baskonia lanzó tanto de tres como está acostumbrado pero metiendo cuatro triples menos que hubieran resultado 12 puntos más. En cuanto a los tiros de 2 puntos, en esta ocasión tiró menos y encima bastante peor, una de las claves de la derrota. Otro factor fue que pude contabilizar hasta 20 puntos en situación de contraataque o transición del equipo dirigido por Aíto García Reneses. Si a eso le sumas los puntos que consiguieron los sevillanos en segundas opciones, es decir, tras rebote ofensivo, nos resulta que casi la mitad total de puntos que anotaron lo hicieron de esta manera. Así es mucho más fácil jugar en ataque cuando tienes que atacar contra defensas posicionales, me da lo mismo contra defensas zonales como individuales. La tranquilidad que te dan esos puntos extras hace que tu confianza suba muchos enteros. De ahí que los porcentajes del Cajasol fueran muy buenos, con un 41% de tiros de 3 puntos, un 16% mejor que su media. En esta ocasión, al contrario que en Vilnius, los hombres de banquillo no ofrecieron el mismo rendimiento y con ellos en cancha, apenas cambió el rumbo del partido. Cada vez que el Laboral Kutxa enlazaba dos o tres aciertos que hacían presagiar una reacción y un acercamiento en el marcador, luego se acumulaban varios despistes tanto en ataque como en defensa que provocaban la desesperación en el banquillo vitoriano. En esta ocasión, las defensas alternativas que propuso Sergio Scariolo tanto en los saques de fondo como de banda, e incluso en algún momento del partido durante el juego, no resultaron eficientes, ya que las imprecisiones y los despistes facilitaron el trabajo de los locales. Tengo ganas de que el roster del equipo baskonista se estabilice y pueda meter horas de vuelo con el fin de que se pueda conjuntar de una vez por todas.