Vitoria. En París, a cubierto, sobre la pista azulada y ultrarrápida del Palais Omnisport de Bercy, reinó David Ferrer ante Rafa Nadal después de nueve derrotas consecutivas, la última de ellas en la arcilla de Roland Garros. El alicantino se llevó su quinto choque ante el de Manacor, el primero desde el Abierto de Australia de 2011, en dos sets y después de una hora y 35 minutos: 6-3 y 7-5. El triunfo de Ferrer, el cuarto de su carrera ante un tenista situado en el número 1 mundial, fue indiscutible y le permitirá defender el título en el único Masters 1.000 que figura en su palmarés mientras que Nadal tendrá que esperar un año más para añadirlo al suyo después de sumar la que fue solo su sexta derrota en un espectacular 2013.

El de Jávea ganó porque jugó el encuentro, cercano a la perfección, que necesitaba para derrotar a su rival-amigo, que nunca estuvo cómodo en los intercambios. "Ha sido el mejor partido de la temporada", admitió Ferrer, que sacó con mucha regularidad, restó con profundidad y precisión y su derecha fue un martirio continuo para el revés de Nadal que apenas tuvo opciones de cambiar el signo de un duelo que el alicantino gobernó desde el inicio. Cuando dispuso de ellas, al inicio y al final del segundo set, el número 3 del mundo se comportó con gran entereza mental y una confianza de las que había carecido en anteriores duelos. Al contrario, el balear nunca se rindió, pero se mostró fallón y su derecha se quedó muchas veces corta, sin mordiente para desplazar a Ferrer a los rincones de la pista.

El defensor del título en París-Bercy controló siempre la situación y salvó un momento delicado cuando cedió el saque que le podía dar la victoria. Recuperó la delantera en el undécimo juego del segundo set y remató con gran autoridad en el duodécimo para colocarse en su novena final del año. Ferrer ha perdido las últimas seis y su rival hoy será un Novak Djokovic ante el que ha cedido en 10 de 15 duelos y que no quiere cerrar la campaña sin regresar a la cima del ranking.

El serbio remontó a Roger Federer, que volvió a dejar ratos de gran tenis, pero que cedió, como le ha ocurrido todo el año, en cuanto el de Belgrado elevó el ritmo del duelo para imponerse por 3-6, 6-3 y 6-2 tras dos horas de juego. El suizo va a cerrar el año con unos 20 partidos menos jugados que el anterior, una consecuencia de su caída en el ranking y de ese declinar que se adivina en sus actuaciones.

Si Djokovic, que acumula 16 victorias consecutivas en este tramo final del año y los títulos de Pekín y Shangai, pierde hoy ante Ferrer, Rafa Nadal se asegurará acabar el año como número 1 del mundo. El serbio, que perderá puntos en el Copa de Maestros de Londres la semana que viene salvo que gane todos sus partidos, tiene, además, otro frente que atender ya que a final de mes jugará la final de la Copa Davis contra la República Checa en una cita a la que ha dado prioridad absoluta ya que Serbia ejercerá de local.

De nuevo en Londres Curiosamente, los mismos semifinalistas de ayer se volverán a enfrentar la próxima semana en el O2 Arena londinense. Nadal y Ferrer, citados de nuevo para el martes, han quedado encuadrados en el grupo A junto a Tomas Berdych y Stanislas Wawrinka mientras que Djokovic y Federer estarán encuadrados en el B con Juan Martín del Potro y Richard Gasquet.