vitoria. Si no quieres taza, taza y media. Como bien ilustra uno de los refranes más populares para cualquier noticia negativa que ocurre dentro de la vida cotidiana, cuando uno cree que ya ha tocado fondo con la mala suerte en forma de lesiones, siempre cabe la posibilidad de que nuevos sobresaltos agraven todavía más la falta de efectivos de la plantilla. Así ha sido después de que el Baskonia confirmara ayer que dos nuevos integrantes se suman a una enfermería ya plagada de inquilinos. Los últimos en caer han sido Fernando San Emeterio y Thomas Kelati, reduciendo a nueve la cifra de elementos sanos para afrontar el partido ante el Panathinaikos.
El problema más surrealista tuvo ayer al cántabro como protagonista. Según precisó el club mediante una nota, tras un enganchón con un compañero sufrió en el entrenamiento matinal un golpe en el dedo de una mano que, en primera instancia, pareció no revestir excesiva gravedad. Por ello, el capitán tomó el primer vuelo que cogió el equipo alavés al filo del mediodía rumbo a Frankfurt. Durante el trayecto, la articulación se inflamó y el Baskonia tomó la determinación de que regresase inmediatamente a Vitoria. Hoy se le harán pruebas para determinar el alcance del problema. "No puedo extender el dedo. Mi sensación es que no es el típico esguince. Si la prueba sale bien, cabe la opción de que pueda jugar", confesó el cántabro. Algún joven deberá reforzar la expedición para alinear a los diez hombres que obliga la Euroliga.
Por la mañana, las malas noticias procedieron del muslo de Kelati. El exterior estadounidense, contratado como recambio de Adam Hanga con un vínculo temporal de dos meses, sufrió una rotura del bíceps femoral de su pierna izquierda en el entrenamiento vespertino del martes. Es decir, solo unas horas antes de afrontar el farragoso desplazamiento a Chipre. Si se cumplen los plazos estipulados por los médicos, se perderá un tramo crítico de la competición en el que al Laboral Kutxa le aguardan tres partidos domésticos (Estudiantes, Cajasol y Valladolid) y otros tres en la Euroliga (Panathinaikos, Lietuvos Rytas y Estrella Roja).
El colmo de las desgracias, en definitiva, para un equipo que no puede contar desde hace semanas con dos de sus flamantes fichajes para este curso (Hanga y Mainoldi), y que también mantiene entre algodones a Hamilton por culpa de un golpe en el muslo derecho. El neoyorquino integró ayer finalmente una famélica expedición rumbo a Nicosia que se ha reducido a nueve jugadores, entre los que se incluyen los jóvenes Van Oostrum y Diop.
En el caso de Kelati, que aterrizó en la capital alavesa a finales de septiembre bajo una aureola de dos-tres todoterreno y completo en todas las facetas del juego, este contratiempo llega en un momento delicado. No en vano, ha pasado completamente desapercibido en los cuatro partidos oficiales disputados hasta ahora. Ni ha representado una amenaza con su tiro exterior ni ha dotado de contundencia a la defensa de perímetro, de ahí que incluso no sea descartable una prematura rescisión de contrato -acaba a finales de noviembre- si Hanga acorta los plazos de recuperación. Es decir, el mismo camino emprendido por Clark una vez se le diagnosticó una osteocondritis en la rodilla que le mantendría de baja durante un tiempo indefinido.