Pamplona. Xanti Uterga (Doneztebe, 1984) fue uno de los protagonistas del primer estelar de la función que acogió el pasado sábado el frontón Galarreta de Hernani. El delantero de Doneztebe volvió a disputar un partido de remonte casi una decena de meses después de sufrir un grave accidente laboral que afectó a su brazo izquierdo. La mala fortuna le envió entonces a un hospital, pero, por suerte, el percance no alcanzó hueso ni tendón alguno, por lo que se salvó de padecer peores consecuencias. Además, Uterga es diestro, por lo que, a pesar de que todavía le falta bastante fuerza en el brazo lesionado, el haber tenido el accidente en su extremidad menos hábil le ha servido para poder regresar a las canchas. Lo hizo en compañía de Julen San Miguel y, a pesar de los nervios, fue capaz de reaparecer con un triunfo holgado ante Ezkurra y Barrenetxea IV (26-40). "San Miguel jugó mucho. El partido casi lo ganó él solo", admite entre risas.

El doneztebarra se encuentra feliz. "Ya estoy en marcha de nuevo", dice. Tal vez con más retraso del previsto inicialmente, pero con una ilusión terrible. "Sabía que en algún momento iba a volver, pero no me he obsesionado en ningún momento con la reaparición. Lo que pasa es que, cuanto más entrenaba, más ganas tenía de jugar. Había que salir un día y decidí que fuera el sábado. Para ser el primer días después de tanto tiempo, me vi bastante bien", resume.

"Lo del otro día fue como un segundo debut", describe. Y cuenta que tuvo unas sensaciones parecidas a las de un 7 de julio de hace once años, cuando disputó en el Euskal Jai Berri de Huarte su primer partido como profesional sin haber alcanzado todavía, aunque por poco, la mayoría de edad. "El sábado fui al frontón nervioso porque llevaba nueve meses sin completar ese ritual de llegar al vestuario, prepararme, calentar... Además, al principio del partido noté que me costaba, pero luego el partido fue fácil porque mi compañero, San Miguel, ganó casi en solitario". No obstante, Uterga matiza que "lo importante era volver, cumplir y no hacer mucho el ridículo". "Creo que lo conseguí", valora mientras se le escapa una sonrisa de pura satisfacción.

Cuenta el remontista doneztebarra que la recuperación ha sido lenta y costosa, "sobre todo al principio, porque no me valía por mí mismo y dependía de mi familia para hacer cualquier cosa". Es por eso que dedica su segundo debut a los que cuidaron de él, sobre todo a su pareja, una de las que más le ha aguantado durante un proceso rehabilitador más largo de lo esperado. "Primero me dijeron que volvería en tres meses, luego en seis, aunque es verdad que el médico no fijó una fecha en concreto. Solo me comentó que iba a ser para largo". Relata Uterga que "los primeros meses fueron los más duros porque no podía hacer nada, pero después la cosa mejoró cuando empecé a hacer rehabilitación". Hasta ahora, aunque explica que "todavía tengo que coger más fuerza en el brazo porque, de los nueve meses que han pasado desde el accidente, cuatro he estado parado".

Uterga se lastimó el brazo izquierdo cuando desarrollaba su trabajo en la papelera Sarrio de Leitza, cuando apenas llevaba cinco meses contratado en la citada empresa. Su extremidad quedó atrapada en un rodillo. "A veces me acuerdo del accidente, sobre todo cuando estoy solo, y pienso que podía haber sido más grave o que me podía haber pillado el brazo bueno. Pero tampoco le doy muchas vueltas. Simplemente he tratado de ser positivo desde el principio. Creo que tuve suerte en todo, salvo en sufrir el accidente", apunta.

Y ahora le toca mirar hacia el futuro y el más cercano es el Campeonato de Parejas. "La verdad es que no me ha dado tiempo a pensar en eso. El Parejas es en diciembre y tendría un par de meses para ponerme a tono, pero no quiero obsesionarme. De momento quiero coger la forma. Si puedo entrar, bien; y si no, más adelante". Con paciencia. La misma fórmula que ha aplicado a su recuperación y que tan buen resultado le ha dado. La prueba, su reaparición del pasado sábado. Su segundo debut.